Una gruesa capa de polvo cubre dos de los cuatro andenes de la estación El Valle del Metro de Caracas. Se trata de los canales que están ubicados a los extremos de la vía, donde los rieles conectan con unos túneles en los que no se ve movimiento alguno de vagones. Allí no hay pasajeros, a pesar de que se trata de vías inauguradas hace nueve años, como parte de ?la primera fase? de los 5,97 kilómetros de la Línea 3 que conecta con las estaciones La Rinconada y Simón Bolívar, del ferrocarril que llega a los Valles del Tuy.Los usuarios no tienen idea de para qué sirven estos dos senderos: ?Nadie pregunta, nadie sabe nada?, dice Ángel López, mientras espera un vagón que lo traslade hasta La Rinconada. En cambio, los operadores de la estación aseguran que cumplen dos funciones: en un canal duermen los vagones y en el otro, conocido como ?la fosa?, son reparados, pues funge de gran taller mecánico.A nueve años de su inauguración el tramo El Valle-La Rinconada muestra signos de deterioro: andenes sucios, fuerte congestión de usuarios (según los operadores hay solo 12 vagones para transportar a más de 2 millones de personas al día) y falta de unificación de boletos para quienes viajan hasta los Valles del Tuy. Comprar un ticket, que debería ser un trámite rápido y sencillo para favorecer la movilidad, implica hacer una cola de hasta 40 minutos. Los usuarios también denuncian los altos niveles de inseguridad y maltrato, incluso hacia el personal operativo del sistema.?Aquí uno no cuenta con nadie y los policías son otros ladrones más. Los usuarios se saltan los torniquetes, abren las puertas de acceso restringido y hasta nos ofrecen tiros si les exigimos que paguen su pasaje?, dijo un operador que prefirió no identificarse.Hay ocho máquinas expendedoras de tickets para el tren, pero solo funcionan dos. Vilma Monzón puede esperar hasta media hora para subirse a un vagón: ?Los hombres golpean a los viejos, las mujeres y los niños. Esto es un salvajismo?.


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