En el Día Mundial de la Diabetes, ciudadanos denunciaron que la escasez de insulina en todo el territorio nacional ha generado que pacientes tengan que suministrarse el medicamento vencido.

Martha Palma Troconis, coordinadora general de Guerreros Azules, una organización de apoyo a padres con esta enfermedad, expresó que los adultos deciden tomar la hormona vencida debido a que no tienen los recursos monetarios necesarios para adquirirla.

“Es una realidad que no hay insulina. No solo es el tema de la falta del medicamento, también es el tema que los niños no se están alimentando bien, lo que puede complicar el tratamiento. Un niño con diabetes tipo 1 y que no consigue insulina se puede morir en tres días. Esto no es un juego”, dijo Troconis para El Nacional Web.

Pablo Alzuru, padre de Paolo de nueve años de edad y que fue diagnosticado con diabetes tipo 1, denunció que Corposalud está entregando insulina vencida y debido a que es la única que puede obtener, su hijo la utiliza en ese estado.

“El gobierno la está dando vencida. Desde septiembre le estoy colocando insulina vencida, primero que no se consigue y segundo por los altos precios”, comentó el papá del menor.

Alzuru aseguró que las tiras reactivas, un aparato para medir la glicemia en la sangre,  desaparecieron desde hace dos meses en Caracas, lo que dificulta que los pacientes diabéticos midan su dosis necesaria de insulina.

Indicó que no tienen familia en el exterior para adquirir los medicamentos y las tiras en el extranjero, por ello la dosis de su hija la mide con irregularidades y sin la exactitud necesaria.

“No tenemos a ningún familiar fuera del país, estamos esperando por unos vecinos que se fueron de Venezuela recientemente y dijeron que nos iban a ayudar”, afirmó.

Maria Gabriela Neri, paciente con diabetes tipo 1, narró las dificultades que enfrenta para adquir la medicina necesaria para tratar la enfermedad. Explicó que un cartucho de insulina cuesta al menos 10.000 bolívares en el mercado paralelo, lo que representa más de cuatro salarios mínimos mensuales.

“Un pen de insulina me puede durar dos semanas, pero ayer me pasaron precios y están entre 7.000 y 10.000 bolívares cada una de las dosis. Yo realmente no tengo para eso. Yo no sé qué voy a hacer, sin tiras reactivas yo puedo sobrevivir, pero sin insulina no”, expresó Neri.

Los altos precios también alejaron de las mesas de los hogares venezolanos las proteínas y las frutas. Mantener una dieta balanceada con la falta de carne en los supermercados y carnicerías se ha vuelto difícil, al igual que conseguir insulina.

Iza Hernández, nutricionista, advirtió que existe un déficit debido a que los niños no comen las proteínas necesarias para el avance cognitivo en su etapa de desarrollo. Señaló que los menores consumen regularmente granos, un alimento que no compensa el requerimiento proteico de una persona para un crecimiento adecuado.

“Existe un déficit en la alimentación de los niños por la falta de consumo de alimentos de los macronutrientes más importantes como lo es la proteína. La mayoría, consumen una alta cantidad de carbohidratos que compensa solo 10% de los nutrientes que deben ingerir.  No están consumiendo leche, algunos que otros pueden comer huevo lo que significa que solo comen proteínas de bajo valor biológico”, puntualizó Hernández.

La especialista indicó que en algunos casos, familiares regulan los alimentos por sus altos costos.  “Muchas mamás no tienen para comprar el queso, lo que hacen es rallar un poquito y darles con una cuchara, pero con eso no llegas a compensar los nutrientes que necesita el pequeño”.

Desesperación por no tener la vida garantizada

Sulhaim Pellin, madre de un niño de 11 años de edad que fue diagnosticado con diabetes tipo 1 desde hace cuatros años, contó que las organizaciones del gobierno solo traen insulinas destinadas a personas adultas, por ello deben recorrer varias farmacias en Caracas para poder adquirir la hormona y cumplir el tratamiento.  

“Un niño que se mantiene en actividad física puede utilizar entre 40 y 50 tiras reactivas semanales, lo que dificulta que sean traídas desde el exterior. Esta semana pregunté por una cajita de 50 tiras reactivas y estaban en 4.000 bolívares, pero no solo es eso, también son los gastos del control médico”.

Pellín explicó que, a pesar de la situación económica, realiza esfuerzos para que su hijo cumpla con la dieta correspondiente. Narró que en ocasiones dejan de alimentarse para que el niño se alimente.

“Yo me dedico a dar prioridad a la dieta y dejando otras cosas a un lado. A veces pedimos ayuda y también hay fundaciones que nos apoyan.  Yo muchas veces no como carne para dársela a mi hijo porque para uno es más importante que el niño se mantenga controlado, pero es bastante difícil. Esta situación no es fácil”, aseveró Pellín.

La escasez de medicinas en el país es una realidad que no escapa en los pacientes diabéticos, por ello deben sortear las dificultades para obtener la insulina que, vencida o con altos precios,, le garanticen un minuto más de vida.


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