El cardenal y arzobispo emérito de Caracas, Jorge Urosa Savino, dirigió ayer su primer mensaje a la comunidad católica integrada por sacerdotes y diáconos, y religiosos consagrados, especialmente a las hermanas vicarias, y también a la feligresía, luego de que el papa Francisco aceptó su renuncia a la jefatura de la capital y designó como sustituto temporal al cardenal Baltazar Porras.
“Para mí ha sido una gracia, un honor y un privilegio haber servido como arzobispo de mi querida Caracas, de nuestra querida Iglesia caraqueña, la Iglesia de Ramón Ignacio Méndez, Juan Bautista Castro, Lucas Guillermo Castillo, Rafael Arias Blanco y de los cardenales Quintero, Lebrún y Velasco. La Iglesia de José Gregorio Hernández, del padre Machado, de la madre Carmen y la madre Ysabel Lagrange”, expresó el cardenal al mencionar cada uno de los prelados que han ocupado el gobierno religioso de la capital.
El 9 de julio pasado el Vaticano informó la decisión papal que responde a la solicitud de retiro de Urosa Savino, luego de cumplir 75 años, el 28 de agosto de 2017, la edad fijada para la jubilación. La sede de la Arquidiócesis de Caracas se encontraba vacante desde entonces.
“Doy gracias a Dios y lamento y pido perdón por mis faltas y omisiones en el curso de los años”, expresó Urosa en un texto e invitó a la misa de acción de gracias que será oficiada el 21 de julio en la iglesia de la Chiquinquirá en La Florida. Tres días más tarde se realizará la misa de instalación del administrador apostólico, en el mismo templo, donde el cardenal Porras asumirá el cargo.
Urosa Savino ha sido el decimoquinto arzobispo de Caracas, desde que la institución fue creada en noviembre de 1803, y de la cual dependen más de 100 parroquias en el área metropolitana. El cardenal la describió como una “Iglesia de gente buena, piadosa y santa”, en una nota de prensa oficial que informó sobre las actividades.