72 horas de espera completaron conductores en algunas gasolineras en el estado Táchira para poder equipar sus carros. Las casas las mudaron para sus vehículos donde se observan almohadas, cobijas y envases plásticos donde guardan la comida que les lleva algún vecino o familiar.

Los hombres tienen la facilidad de acercarse a un matorral cercano para orinar, pero las mujeres deben pagar por el alquiler de un baño en una casa o establecimiento cercano a la fila o esperar que un pariente o amigo cercano llegue a la cola, intercambien puestos, y la conductora pueda solventar la necesidad.

María Ramírez, es ama de casa. Contó que es preocupante tanto pasar la noche en el carro o dejar el vehículo en la fila. “Por aquí han robado y siempre ha estado feo. Agarran a una persona, le quitan el celular”, señaló.

Otros conductores contaron que los puestos en las filas, los venden en 15.000 pesos colombianos que equivalen, al cambio actual de la moneda a 3.000 bolívares.

“No hay seguridad. Es difícil. Tres días en una cola por 40 litros de gasolina. Imagínese usted. Yo necesito echar gasolina varias veces a la semana. Soy taxista”, contó Anderson Rodríguez.

La paralización de los carros en fila la comparan con el país. Algunos conductores lamentan el tiempo utilizado en cola para comprar carburante.

“Este retardo en la colocación de gasolina hace que el país se atrase cada día más y nos veamos en la necesidad de estar haciendo estas colas y poniendo en riesgo nuestras vidas. El patrullaje es solo cuando notifican que llegó la cisterna y pasan los policías motorizados pero de noche para custodiar, no se ve. Nosotros mismos nos hacemos la vigilancia”, dijo Lilen Portillo.

Trascendió que funcionarios de PDVSA viajaron a los estados fronterizos para hacer unas pruebas intermedias en las gasolineras ubicadas en los municipios próximos a la línea limítrofe con Colombia, según fuentes cercanas a la estatal petrolera.


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