El 28 de junio se celebró el Día Internacional del Orgullo Lgbti, comunidad que ha sido maltratada durante años. Muchos, obligados por las circunstancias, se han visto en la necesidad de marcharse de Venezuela. Sofía Dior, una transexual de 27 años de edad, nacida en Barinas, es uno de esos casos.

Convertida en toda una diva de la red social Instagram, donde tiene más de 114.000 seguidores, relata que desde pequeña, a pesar de haber nacido hombre, soñó con ser mujer. Es modelo y siente que su vida ha dado un vuelco positivo.

—¿En qué momento se dio cuenta de que su sexo biológico no estaba acorde con su personalidad?

—A los 9 años de edad empecé a descubrir que mi espíritu estaba en un cuerpo equivocado, me sentía atraída por los niños del colegio y mi inclinación hacia las niñas era porque me sentía una más de ellas.

—¿Cómo fue su transformación? 

—Fue un período largo. Me tomó tiempo transformar mi cuerpo de la manera que sentía, lo imaginaba y hasta llegué a soñarlo. Siempre quise verme una mujer llamativa, que por donde pasara no fuera inevitable mirarme y por supuesto los chicos seguirme.

—¿A qué edad fue el cambio total? 

—Mi primera intervención fue a los 17 años de edad. Me realicé implantes mamarios de 500 cc cada uno. Mi hermano es un poco mayor que yo y me operé con su cédula de identidad. Solía aventurarme a viajar por ciudades dentro del país en búsqueda de ese cambio que anhelaba, ya que mi madre al principio no aceptaba. Ella decía que ese camino sería doloroso, con violencia, malos tratos, discriminación y un sinfín de cosas que me podían pasar. Pero mi deseo era más grande que el miedo que sentía mi madre.

—¿Quiénes fueron sus principales apoyos para tomar esta decisión?

—La decisión la tomé yo sola al mirarme al espejo y saber que quería y necesitaba liberar a esa dama que llevaba por dentro. Me decía a mí misma que ya no podía contenerla más: Quiero que te liberes, necesito que salgas y le demuestres al mundo lo hermosa y grande que puedes ser.

—¿Qué cambios le pediría a la sociedad en cuanto a la tolerancia de la diversidad sexual?

—Le pediría al mundo que tuviéramos más amor y menos maldad, que respetemos las opiniones o diferentes creencias de cada ser. Vivamos y aprendamos que es un día menos no es un día más.

—¿Alguna vez sintió que violaron sus derechos humanos por ser transexual?

—Muchas veces violaron mis derechos y no solo eso han violado, pero vivía en un país donde la sociedad te trataba como si no valiéramos nada y solo me  tocaba quedarne callada o respirar profundo, levantarme y secar mis lagrimas para continuar en busca de mis sueños.

—¿Dónde nació? 

—Nací en Barinas. A los tres días de haber nacido mi madre me llevó a vivir, en el año de 1992, al estado Lara. Estudié y crecí en Quíbor. En Barquisimeto me conocían como Cristal. Ya en Caracas cambié mi nombre y comencé a darme a conocer como Sofía. Siempre a mis compañeras de peluquería y amigos les decía que mi nombre lo recordarían.

—¿Cómo fue su adaptación en Europa?

—Venezuela para mí era una burbuja, y llegar aquí a Europa en búsqueda de esos sueños fue difícil. Me costó mucho estabilizarme. Vivo en Madrid, España, soy casada, mi marido me respeta, tengo un hogar hermoso, gracias a Dios y a esta oportunidad que me regaló en esta nación. Es lo más bonito que me ha podido pasar en la vida, me siento feliz y respetada.

—¿Es diferente el trato que recibe en España?

—Es mucha la diferencia a lo que viví en mi país. Soy esa mujer que solía querer desde niña y salir de ese cuerpo. Acá no discriminan, no nos agreden. Vivo otra realidad.

—¿Regresaría a Venezuela?

—Amo a mi país y no lo olvido. Me gustaría en un futuro volver a estar, pero lejos del rechazo y desprecio de la sociedad. Yo soy una prueba de que esforzándose se pueden hacer realidad los sueños. A Venezuela la llevo en el corazón y mantengo mis costumbres y creencias.

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