La imagen de una escultura exhibida en un museo de Tokio que dedicaba una muestra al terror fue la génesis de un fenómeno viral que comenzó en 2016 y que en 2018 resurgió: “Momo”, una desagradable figura cuyo propósito es asustar a los niños y que tuvo alcance en varios países de Europa y Latinoamérica.

“Momo” es un pájaro con ojos grandes, nariz, cabello largo y una sonrisa amplia e inquietante que comenzó a ganar fama primero en Facebook, luego en WhatsApp hasta llegar a Youtube, donde los usuarios han denunciado que el muñeco aparece en medio de videos infantiles invitando a los niños a autolesionarse o incluso a suicidarse.

La versión alrededor de este juego indica que por medio de un grupo en Facebook se compartió un número telefónico que invitaba a conversar y que, de hacerlo y no cumplir con las pruebas, desencadenaría acoso y amenazas por parte de la deforme e irreal figura que podría robar datos personales, extorsionar y generar trastornos físicos y psicológicos como ansiedad, depresión e insomnio.

Los internautas aseguraron que al enviar un mensaje al número vinculado con +81 (Japón), Colombia (+52) y otro de México (+57), recibían imágenes de contenido violento y agresivo. En algunos casos, también afirmaron que les respondían con amenazas y revelando información personal.

La psicóloga infantil Katherine Gómez sugiere a los padres supervisar el contenido al cual exponen a sus hijos. Considera que los niños no tienen la capacidad suficiente para medir las consecuencias ante lo que representa este tipo de amenazas. “Tener un aparato electrónico hasta cierto punto es buenísimo. Sin embargo, tiene la contraparte de que incluso hacen una búsqueda inocente y se encuentran hasta con páginas no aptas. No es solamente el tema de un reto, ellos quieren estar a la moda, mantenerse integrados socialmente, no de una forma física sino más bien virtual”, dijo.

En ese sentido, indica que los cambios de conducta en los niños son un alerta para que los adultos, al percatarse, intervengan y establezcan e incentiven la comunicación con ellos, y favorezcan la protección y la confianza.

“La conversación con los pequeños debe ser clara, directa y concisa porque su atención es corta. Los niños que se relacionan con este tipo de contenido tienen algún tipo de dificultad. Hay elementos que favorecen que el pequeño esté susceptible y le preste atención a estos elementos”, precisa.

Las recomendaciones dispuestas por Gómez se basan en el control parental, la disminución de las horas a las redes y la instalación de protectores de contenido en Internet y televisión.

Los casos más recientes relacionados con el “Momo challenge” se registraron en Edimburgo y en Miami Beach. El primero se dio a conocer cuando un padre alertó que su hijo, de 8 años de edad, fue inducido a clavarse un cuchillo en el cuello porque el personaje se lo había ordenado. El segundo suceso fue el de un niño de 11 años de edad que apareció muerto en su cuarto, después de haber aceptado el reto del diabólico muñeco.

Las similitudes de este desafío con “La ballena azul”, “48 horas” y otros juegos virales que ponen en riesgo la vida de menores alertaron a los padres de familia y a las autoridades de algunos países, que han dado muestras de su preocupación por los peligros que supone este reto.

Cercanía con los hijos

En Venezuela no se han reportado casos que lamentar. Sin embargo, el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas advirtió a los padres y representantes estar atentos al video en el que “Momo” incita a los niños a quitarse la vida.

“Informamos a la colectividad estar atentos con un video que se está difundiendo por las redes sociales, en especial por Youtube Kids, el cual muestra a un niño y una niña cantando y bailando, seguidamente unas imágenes de la figura del Momo incitando a un juego suicida”, indicó el Cicpc en su cuenta de Twitter.

La terapeuta Alejandra León es radical en cuanto al uso de Internet por parte de los niños. “Si los padres no han supervisado un material con antelacón, no es recomendable dejarlos ver”. También expresa su preocupación ante la sustitución de los juegos simbólicos por los aparatos inteligentes debido a que, a su juicio, los niños están expuestos a material que no es apto para su edad o no pueden manejar de una manera adecuada.

En referencia al Momo challenge comenta que los niños bajo amenaza actúan o hacen cosas que no harían en condiciones normales. Aclara que los pequeños podrían mostrar mayor obediencia ante una figura extraña, amenazante, que ante un padre cuyo vínculo saben que no se romperá.

“Las características de ese video hace que los niños sean muy vulnerables. Detrás de eso hay una mente diabólica, inteligente, que sabe qué quieren. La persona que inventó esto conoce la mente infantil; por el muñeco y la manera de hablar, existe una forma maquiavélica para entrar en sus mentes. Los adultos tenemos defensas psíquicas y los niños no tanto, su estructura está un poco del lado inconsciente. Nosotros nos defendemos de la realidad de otra forma”, argumenta.

El educador y director de Cecodap, Óscar Misle, también insiste en sus redes sociales en que la comunicación es la base para prevenir los riegos que están presentes en Internet. “Momo forma parte de la secuencia de retos que utilizan las plataformas para intimidar y aterrorizar a niños y adolescentes, con la finalidad de extraer información o incitarlos a agredirse bajo coacción o amenaza”.

Los especialistas insisten en la importancia de establecer cercanía con los hijos en la conversación para evitar que ellos puedan ser influidos por personajes como Momo y así librarse de consecuencias trágicas.


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