El colapso de los servicios públicos ha llevado a los caraqueños a las calles. En la parroquia Altagracia, al oeste de la capital, a las faltas de servicio de transporte e interrupciones del suministro de agua se le sumó un corte eléctrico por más de 40 horas.

Los escombros regados ayer en las calles del sector daban muestras del conflicto el jueves en la noche, cuando los vecinos hastiados de la acumulada desatención por parte del gobierno se lanzaron a las calles a protestar hasta la madrugada, en esta zona aledaña al Palacio de Miraflores.

“Desde el miércoles no tenemos luz y por eso la gente está muy molesta, ¡estamos hartos! Muchos vecinos están de acuerdo en seguir protestando de prolongarse el problema”, expresó uno de los residentes que participó en la manifestación.

“No es solo que se fue la luz, además el agua ha sido irregular durante todo el año. Es una acumulación de problemas que uno ya no soporta, la situación cada vez es más grave”, agregó.

Desde las 7:00 pm del jueves los residentes más alebrestados prendían la manifestación y el acceso en vehículo era limitado. Desde La Pastora hasta Altagracia era un oscuro camino entre gritos, cacerolas, gente enfurecida, disparos y alborotos; la única iluminación en las avenidas provenía de la candela en cauchos y residuos.

Hasta alrededor de las 12:00 am los manifestantes se mantuvieron en las calles, cuando funcionarios los dispersaron a perdigonazos, pero los problemas no habían sido solucionados. Un vecino señaló que en los últimos cuatro años que ha vivido en la zona, a una cuadra del palacio presidencial, es la primera vez que hay una manifestación de esa magnitud.

Ayer en la tarde los afectados volvieron a manifestar su descontento con un cacerolazo. El servicio fue reestablecido horas más tarde.

Comunidad afectada. La basura chamuscada amaneció regada en las calles del sector cuando aún desprendía un olor calcinado. Los residuos crujían con el pasar de los vehículos, que se las ingeniaban para evadir los restos atravesados. También los grupos de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana que custodiaban la zona durante recorridos en moto, despertaron a los vecinos.

La interrupción del servicio ha sido perjudicial en los hogares de esta zona, informó un vecino. “Estamos tratando de comernos rápido todo lo que haya en la nevera que se pueda dañar, para no perder ese dinero”, dijo.

Los comerciantes son víctimas de la misma tragedia. El pequeño local de Fabián López se ha visto afectado por la falta de luz: muchos de sus productos que requieren refrigeración se han dañado.

“En dos días sin luz podría perder más de 2 millardos de bolívares. Los lácteos y jugos no son como los refrescos, con el calor se dañan”, expresó, mientras se disponía a botar los helados en mal estado que no podía comerciar.

Las ventas también se han reducido por no tener punto de venta activo ante la falta de energía y la escasez de dinero en efectivo. Los clientes habituales preferían comprar en otros sitios o llevar solo productos de muy bajo costo.

“Con puro efectivo es imposible vender, la gente no ha comprado casi nada, porque hasta un chocolate te pasa de los 2 millones de bolívares”, manifestó López. Otros comercios de la zona reportaron sufrir los estragos de trabajar sin energía eléctrica.

EL DATO

El ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, informó que el servicio se reestableció ayer en la tarde en algunas zonas: Caño Amarillo, Santa Inés, Tinajita, Esquina de Paraíso, Dr. González, Bolero, El Toro, Cardones, Balconcito, Pineda, Dr. González y en Ceiba. La avería se debió a la afectación de un cable de alta tensión en Catia.


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