Desde el cierre de la oficina de atención al ciudadano del Ministerio de Salud en el Hospital J. M. de los Ríos, el 5 de abril pasado, alrededor de 50 madres del interior del país quedaron sin comida ni hospedaje. El sábado pasado fueron desalojadas de los hoteles que brindan habitación gratuita a través del Ministerio de Salud. Y ayer aún estaban en apuros.

Un grupo de fundaciones y organizaciones colabora temporalmente cancelando el costo de las habitaciones; sin embargo, la ayuda es insuficiente. En los hoteles El Jardín de la Estrella, La Orquídea, Lucas y Renovación cada cuarto cuesta desde 800.000 hasta 1.500.000 bolívares por noche. Los voluntarios, en promedio, cancelan 2 o 3 días de alojamiento. Una vez que se cumple el lapso las madres buscan desesperadas quien pueda cancelarles otra noche para no quedarse en la calle.

Lisbeth González, madre de un bebé de 8 meses con hidrocefalia, y oriunda del estado Delta Amacuro, no tiene dónde quedarse. Fue desalojada el sábado del hotel La Orquídea y ahora permanece en El Jardín de la Estrella, gracias a una fundación que le pagó dos días de hospedaje. “Mañana me quedo en la calle y no sé quien más recurrir, porque dos organizaciones me han ayudado”, afirmó.

Aseguró que 9 mujeres están en la calle sin ningún tipo de protección o ayuda. A la incertidumbre se añade el hambre. El cierre el pasado 5 de abril de la oficina de atención al ciudadano, encargada de administrar los recursos otorgados por el Ministerio de Salud, paralizó la entrega de alimentos y medicinas para 250 niños que reciben atención en el centro médico.

Los carbohidratos y las harinas sustituyeron la ingesta diaria de proteínas y nutrientes de los pacientes pediátricos. Las madres se conforman con lo que pueden conseguir a través de la donaciones. Las raciones de pan, pasta y arroz son bien recibidas para aliviar el hambre de los niños.

“Comemos una vez al día si alguien colabora con algo. A veces no alcanza y no comemos. Nos estamos muriendo de hambre”, expresó.

La precariedad fomenta la solidaridad entre las afectadas. Yeibeth García, madre de una niña diagnosticada con un tumor cerebral, afirmó que la mayoría de los familiares cede un espacio en sus habitaciones para albergar a quienes se quedaron sin ayuda: “Los cuartos son compartidos con quienes necesitan un lugar para dormir porque ya muchos se han quedado en la calle”.

El silencio del ministro de Salud, Luis López, agudiza la inquietud entre las madres. García explicó que en los últimos cinco días fueron dirigidas, en vano, varias cartas al Ministerio de Salud y al ministro. “Nadie ha dado respuestas ante esta situación. Nos ignoran, se niegan a darnos la cara”, aseguró.

Campaña de recolección. La organización Prepara Familia inició el jueves pasado una campaña de recolecta de alimentos no perecederos, ropa e insumos médicos para las madres y niños del hospital. En la escuela Stella Matutina, en la urbanización La Florida, desde 9:00 de la mañana hasta las 12:00 del mediodía durante el mes de abril recibirán las donaciones.

La oficina del Ministerio de Salud también suspendió la realización de exámenes de laboratorio, por lo que la ONG ha contribuido con este pago.

“Tenemos una avalancha de solicitudes. ¿Cómo hace una mamá que no tiene recursos para pagar en la situación en que se encuentra el país? Hay casos que han salido hasta en 64 millones de bolívares”, manifestó Katherine Martínez, presidente de Prepara Familia.

Martínez aseguró que no han recibido respuesta del gobierno ante la precaria situación: “Estas son madres que no tienen dinero ni para alimentarse ellas. Le exigimos al ministro de Salud, Luis López, y al director del hospital, Exavier Campos, que reanuden la comida para las madres, el pago de los alojamientos y los exámenes”.


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