En la comunidad San Isidro de Petare se agobian en medio de la acumulación de basura, la escasez de agua y la crisis de transporte.

Hoy vecinos de la zona llevaron a cabo una protesta en la carretera para exigir soluciones.

Afirmaron que han sido ignorados por la Alcaldía de Sucre, la Gobernación de Miranda y el gobierno central, a pesar de que han hecho denuncias ante cada una de ellas.

En el sector fueron impuestos dos botaderos de basura: uno en el Limoncito, que está justo al lado de una comandancia de Polisucre, y otro en la Zona Industrial de San Isidro, donde los conductores, al ser esta vía una estrecha curva, corren peligro de sufrir accidentes. De hecho, hoy un autobús casi se vuelca allí.

Miembros de la comunidad explicaron que hay delincuentes que cobran para que los camiones dejen escombros y desechos en el terreno del Limoncito. “Si tratamos de documentar lo que ocurre ahí nos echan tiros”, indicó uno de los vecinos. Señalaron que quien lo vigila es un señor de apellido Nieves.

En el botadero de la Zona Industrial los camiones vierten la basura de manera clandestina en horas de la madrugada. En el lugar hay restos de vehículos, escombros, cemento y latas de pintura. Denunciaron que funcionarios de seguridad han cobrado vacunas con el fin de permitir que allí sean dejados los desechos.

Cuando llueve la basura de ambos botaderos cae en las casas y las vías de San Isidro. A su vez genera aguas sucias estancadas entre las cunetas. Últimamente la gente ha sufrido de sarpullidos y sarna, lo cual —consideran— se ha generado por los desechos y el agua.

Judith Vargas, habitante del sector, aseguró que la respuesta del alcalde del municipio, José Vicente Rangel, es que no tiene recursos para hacer la limpieza del botadero.

“Esto antes era un bote que fue cerrado luego por la Policía. Pero ahora los camiones vienen de madrugada y dejan la basura. Ellos lo hacen de manera clandestina. A veces vienen Polisucre, Polimiranda, Polinacional o la GNB y reciben vacunas para permitir que boten desechos”, indicó.

En San Isidro también sufren por la falta de agua, que no les llega desde hace tres meses. Algunos han optado por utilizar el agua sucia que baja desde el cerro. Una solución que hallaron fue conectar una manguera con un pozo situado en medio de la montaña. A través de una bomba envían el servicio hacia las casas de la comunidad.

Edecio Martínez, uno de los que ayudó a hacer la instalación, señaló que entre los vecinos produjeron por pedazos una manguera de 600 metros.

“Pusimos un filtro que nosotros mismos preparamos y colocamos la manguera. Yo saco la manguera dos o tres veces a la semana y ellos se surten para cargar el agua. Desde el 18 de diciembre estamos sin agua y no nos quedó de otra que hacer esto, porque una cisterna ahorita cuesta 5 o 6 millones de bolívares”, explicó.

Miguel Pizarro, diputado a la Asamblea Nacional, dijo que la irregularidad con el agua se extiende por casi toda la zona norte de Petare. “Les llega una vez cada cuatro meses y después no aparece más nunca. Antes había operativos de cisternas que hoy en día no existen”, agregó.

El legislador también denunció que el sector está aislado por falta de transporte. Los ciudadanos tienen que esperar tres o cuatro horas para abordar una unidad. La alternativa es subirse a camiones de volteo o pick up, que son peligrosos para los adultos mayores o las personas discapacitadas.

“Familias enteras, que antes podían tener atención médica, hoy en día están condenados a estar encerrados porque quienes tienen problemas de huesos, neurológicos o de tensión no pueden estar tres horas esperando para montarse en un camión”, expresó.

Durante la protesta de hoy los vecinos construyeron barricadas en medio de la vía. Luego llegaron funcionarios de la GNB y de Polimiranda para despejarlos. Les prometieron que habrá soluciones pronto. Uno de los habitantes del sector advirtió que tomarán “medidas severas” si vuelven a ver un camión dejando basura en la zona.


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