El día  miércoles el pueblo zuliano se despertó al ritmo de los tambores que le rinden honor a San Benito, popularmente conocido como el «Santo Negro». 

El culto llegó a Venezuela mediante los sacerdotes franciscanos aproximadamente en el año 1600, cuando la comunidad religiosa se instaló en el sur del lago de Maracaibo para evangelizar a los esclavos africanos que se encontraban en el lugar.

La devoción se extendió hasta varias ciudades del occidente del país. Además de Zulia, los estados andinos Trujillo y Mérida también conmemoran el día de San Benito.

En la costa Oriental del Lago, el epicentro del evento fue en la ciudad de Cabimas, donde desde tempranas horas los devotos acudieron  a la bajada del santo en la catedral de Nuestra Señora del Rosario, ubicada en el centro de la ciudad.  

La celebración inició con una misa, presidida por el administrador apostólico Mons. Ángel Francisco Caraballo Fermín y luego al golpe de los tambores el pueblo junto con el santo recorrió la ciudad, llegando en horas de la tarde a la parroquia de la Rosa, donde la imagen reposará hasta el 6 de enero cuando vuelva a reencontrase con la feligresía.


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