Un solo quirófano y una sala de parto sin aire acondicionado, cientos de moscas y la advertencia de los médicos a las mujeres de que están expuestas a una infección es la bienvenida que cada día se les da a las parturientas en la Maternidad Concepción Palacios.

Pese a que ese  centro de salud atiende 900 partos al mes y un promedio de 30 al día de pacientes que provienen de  Caracas, Vargas y Miranda, desde el martes está cerrada la unidad de cuidados intensivos neonatales porque se encuentra contaminada. Solo partos en los que el bebé ya está naciendo son los atendidos en el lugar por la emergencia del caso.

Sin embargo, la alerta de contaminación no es nueva. La directiva conoce desde hace al menos un mes que 35 mujeres con infecciones se mantienen en camas, de las cuales una se encuentra en terapia intensiva.

Médicos informan que han debido extirpar el útero de varias pacientes porque se han infectado luego de  cesáreas, mientras que la falla de antibióticos les impide abordar las complicaciones que han surgido. La permanencia en hospitalización supera los 30 días en varios de los casos.

Esta semana, además, se sumó la cuarta avería de los aires acondicionados y los médicos estaban haciendo cesáreas en medio de altas temperaturas. Entretanto, las remodelaciones de los pisos 1 y 2 hacen que la tierra penetre a los quirófanos.

Los anestesiólogos decidieron restringir las operaciones desde el lunes por las condiciones en las que debían entrar a los quirófanos, pero ayer, luego de que se gestionó que se sacara la basura que mantenía las moscas encima de las parturientas y el personal, la directiva volvió a exigir que se ingresaran más mujeres.

Del colapso en la falta de mantenimiento ya se alertaba desde el 19 de septiembre, cuando no prendió la planta eléctrica durante un apagón de luz que se prolongó por cinco horas en la madrugada. A las 1:30 am seis bebés permanecían en terapia neonatal intubados y una mujer en la unidad de cuidados intensivos. El primer bebé murió antes de cumplirse la primera hora sin luz, y el segundo pasada la hora.

Al menos seis residentes que trabajaban en la sala de parto tuvieron que subir a la de terapia neonatal para ayudar a dar ventilación a los bebés que aún permanecían con vida. 

Civiles amedrentan. El secretario general del Sindicato de Trabajadores de Hospitales y Clínicas, Ismael Ocanto, denunció que además de la insalubridad y la escasez de insumos, hace dos semanas personas que no trabajan en la maternidad esposaron a un trabajador. Fue golpeado, dijo, y le mutilaron parte del dedo meñique de la mano derecha con el argumento de hacer justicia por un presunto robo en el centro de salud.


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