Los tres periodistas de la agencia EFE fueron liberados este jueves en Caracas después de permanecer detenidos un día por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y definieron como «durísima» la experiencia vivida.

El fotógrafo Leonardo Muñoz, la editora de vídeo Maurén Barriga, ambos colombianos, y el redactor español Gonzalo Domínguez fueron dejados en libertad luego de pasar la noche en El Helicoide y no serán deportados como se informó inicialmente.

«Fue durísimo pero estamos bien», dijo Muñoz, quien no ocultó su sorpresa por la repercusión que tuvo el caso luego de que se conociera su desaparición y la del motorizado venezolano José Salas el miércoles cuando cubrían una manifestación en Caracas.

Muñoz, que al igual que sus compañeros hace parte de la delegación de EFE en Bogotá, viajó junto con Barriga y Domínguez a Caracas el 24 de enero para apoyar a la oficina de la agencia en Caracas con la cobertura de la crisis.

«Nos han dejado en absoluta y total libertad, ni deportados ni expulsados», expresó Domínguez.

Durante la liberación los tres estuvieron acompañados por el cónsul adjunto español en Caracas, Julio Navas, y por el encargado de negocios de la embajada colombiana, Germán Castañeda, quienes gestionaron su liberación.

Domínguez relató que están «tanto físicamente como anímicamente bien» pese a que tanto ellos, como el conductor venezolano, que también fue liberado, pasaron la noche esposados «por un protocolo de seguridad».

«Estamos libres y con eso ya avanzamos bastante. No ha habido ningún maltrato físico ni psicológico, ni nada por el estilo», dijo el periodista español. 

Por su parte, Barriga describió lo sucedido como algo «escalofriante», principalmente cuando ella y Domínguez llegaron al hotel y encontraron que cinco agentes del Sebin armados los estaban esperando en sus habitaciones. 

«Luego en esas horas en El Helicoide fueron de gran angustia, en el fondo de un pasillo, en un rincón esposados junto con dos agentes que nos vigilaban, no sabíamos ni qué horas eran porque no había ni una ventana», agregó.

Luego de superar  la experiencia, los tres esperan seguir en Venezuela unos días más, ayudando a sus compañeros de Caracas en la cobertura de la crisis.

«Es una encrucijada. Por mí me quedaba porque uno ama su trabajo, pero por el otro lado está mi familia que me dice que me regrese pronto», sentenció la periodista colombiana. 


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