Miles de devotos de Nuestra Señora de Chiquinquirá estuvieron presentes desde la madrugada en la Basílica marabina para rendir homenaje a la Virgen de tez morena en su fiesta. La ciudad se engalanó para celebrar 308 años de la aparición y 75 años de la coronación canónica de su patrona.

Los actos comenzaron a las 12:00 pm con la canción de “Las Mañanitas”. Los feligreses dieron rienda suelta a sus expresiones de cariño: los gaiteros presentaron sus mejores galas, hubo fuegos artificiales y muchos aprovecharon para pagar promesas en agradecimiento por los favores concedidos.

La primera misa fue celebrada por monseñor Benito Méndez, obispo del ordinariato militar de Venezuela.

Desde esa hora y hasta las 10:00 am, cuando la imagen fue llevada en procesión por las calles cercanas, hubo celebraciones eucarísticas con nutrida participación.

A las 5:00 pm fue la solemne eucaristía pontifical, presidida por el cardenal Jorge Urosa, arzobispo de Caracas, que contó con la participación del coro infantil de las voces blancas de los Servidores de María.

Testimonios. Malena Soto, periodista que se acercó a la eucaristía de las 6:00 am, junto con su esposo, Germán Valero, contó que todos los años agradecen el milagro de la vida a la patrona. “Mi marido sufrió hace 12 años un severo accidente cerebrovascular, que lo dejó en muy malas condiciones. Estuvo 21 días en cuidados intensivos y temimos por su vida. Como buenos devotos, acudimos a la Virgen para pedir por él, y ella nos concedió el milagro”, contó.

Dijo que desde entonces, cada 18 de noviembre participan en una de las primeras misas, agradecen por la vida de Valero y ruegan protección para toda la familia. “Pedimos además por la libertad de Venezuela, que nos ayude a salir adelante en medio de las dificultades de nuestro país”, afirmó.

Los devotos celebran el día sin importar dónde se encuentren. En la Ciudadela Puerto Azul, en Guayaquil, Ecuador, muchos venezolanos se reunieron para honrar a la sagrada Señora de  Chiquinquirá.

Elvis Luzardo, maracucho que emigró por la situación del país, contó que le pidió al párroco Roberto Aguirre celebrar la fecha. “Invitamos por las redes sociales de la parroquia. El río de lágrimas fue impresionante. Entonamos el canto a la Virgen y fue muy emotivo. No queremos perder nuestras raíces ni nuestras creencias”, subrayó.

El retablo de la Chinita recorrerá en peregrinación las casas de esta comunidad ecuatoriana.


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