La aceleración del daño ambiental y la deforestación de la selva amazónica producidas por la emisión de gases tóxicos en Venezuela pueden ser revertidas a través de la cooperación internacional con la compra de bonos verdes, una alternativa para generar formas de economía productiva en beneficio de la población y la ecología, aseguró Roselyn Kristen, directora ejecutiva de la empresa de transferencia tecnológica Kristen Tech Transfer.

La especialista explicó que la emisión de gases de invernadero que producen las grandes industrias y que contaminan el aire, el agua y los suelos puede ser reducida si el Ejecutivo nacional decide adoptar el Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kyoto, un acuerdo patrocinado por las Naciones Unidas para la inversión en nuevas tecnologías de producción energética.

El financiamiento que se obtenga a través de la comunidad internacional en millones de dólares permitiría realizar los proyectos que Venezuela tanto necesita en materia ambiental, aseguró. “Para ello se necesita la aprobación del Estado, pero es un obstáculo porque en el país ni siquiera existe una autoridad nacional designada para evaluar los proyectos de las Naciones Unidas”.

Señaló que las múltiples fuentes de energía renovable de origen eólico, solar y mareomotriz de las que dispone el país pueden ser aprovechadas a través de herramientas financieras como los bonos de carbono, una opción para reducir la emisión de dióxido de carbono y generar ganancias dentro del mercado financiero. “Hay ciudades del país sometidas a apagones y a la carencia de transporte público, cuando hay fondos internacionales pensados para solucionar estos problemas”.

Pese a que Venezuela se ha adherido a todos los tratados internacionales relacionados con el cambio climático, Kristen lamentó que no haya un Observatorio Nacional de la Deforestación, y dijo que su creación debe ser impulsada. Enfatizó que se ha dirigido al viceministro de Acción Ecosocialista, Renzo Silva, sin obtener respuesta. “Le he escrito y he intentado comunicarme para proponerle todo esto, pero no he obtenido respuesta”.

La ejecutiva y especialista en materia ambiental destacó la labor investigativa de las universidades autónomas, las cuales han alertado acerca de la gravedad del deterioro del medio natural en los estados Amazonas y Bolívar con la explotación de la minería.

Indicó que el incremento de la tala y la quema de árboles representan amenazas para el equilibrio de los ciclos hídricos y el desarrollo de las actividades agrícolas en las zonas rurales. “En cinco años, la mayor parte de nuestro bosque puede desaparecer. No podemos esperar soluciones del Estado. Debemos buscar opciones de autosuficiencia porque el ambiente no puede esperar”.


Reducción del calentamiento global

El Protocolo de Kyoto es un tratado internacional de la Convención Marco de las Naciones Unidas. Fue originalmente adoptado en Kyoto, Japón, durante el año de 1997, y entró en vigencia el 16 de febrero de 2005. Su objetivo es reducir la emisión de seis gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global y aprovechar el desarrollo de las energías no convencionales. En el curso de los años se ha incrementado el número de países que han suscrito el acuerdo para comprometerse a reducir, en al menos 5%, la emisión toxica de óxido nitroso, metano y dióxido de carbono, sustancias altamente contaminantes para el planeta. Para noviembre de 2009, eran 187 los países que habían ratificado el convenio para contribuir con el equilibrio ecológico. España, Canadá, Argentina y los Estados de la Unión Europea son algunas de las naciones que adoptaron el compromiso para disminuir la temperatura en el sistema climático de la tierra.


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