Servir la mesa tres veces al día en la Casa Hogar Don Bosco en Valencia es una labor complicada porque la escasez de alimentos y las penurias que hay que vivir para adquirirlos se multiplican para tratar de dar comida a 160 niños y jóvenes que allí residen.El sacerdote Fernando Santana, director de esta casa de albergue y sitio de formación, dijo que se vuelve cuesta arriba comprar los alimentos porque también han descendido las donaciones y apoyo de instituciones y personas.?Tenemos 160 muchachos que están en situación de riesgo social, de escasos recursos y pobreza crítica, y junto con ellos tenemos 400 jóvenes en el programa de formación directa para cursos intensivos para el trabajo. Esta población tiene que acceder al alimento para vivir?, explicó.Agregó que en ocasiones pueden reunir el recurso económico para adquirir la comida, pero no les venden la cantidad necesaria para abastecerse.?Quisiera ser solidario con otras casas similares que están pasando momentos difíciles porque las donaciones, tanto individuales como de empresas, han disminuido muchísimo. Esta es una obra que recibe un subsidio del Estado para cancelar los sueldos de profesores e instructores de taller?, destacó el padre Santana.Dijo que cada obra de los salesianos se las ingenia para recaudar fondos que les permitan continuar sus labores organizando algunos eventos, pero les resultan insuficiente.?Anteriormente las comidas eran más variadas; si hay harina de maíz se hace arepa, pero si lo que hay es arroz eso es lo que podemos servir. Ya no tenemos muchos ingredientes para rellenar las arepas o panes. Ya no hay leche todos los días?, detalló.Desde la Casa Hogar hacen un llamado al gobernador Francisco Ameliach, egresado del Colegio Don Bosco, para que los ayude en esta situación, así como a la comunidad carabobeña para evitar que haya niños o jóvenes que deserten del programa por este problema.En la comunidad salesiana hay cuatro sacerdotes y dos en formación. ?Esta obra no es de un grupo humano, nosotros somos gente de fe, y creemos que esta es una obra de Dios y que no nos va a abandonar, y que va a enviar a su gente a ayudar. Quien a Dios tiene nada le falta?, sostuvo el religioso.160 rescatados. En la Casa Hogar Don Bosco hay 160 niños y jóvenes internos de Carabobo y de estados vecinos. Provienen de barriadas, pero han sido seleccionados bajo el criterio de que son los más necesitados.?Esta es una obra que tiene casa, escuela y taller. Es un centro de prevención educativa. Los alejamos de ambientes violentos y difíciles, como el de las calles de nuestros barrios?, afirmó.Los residentes reciben clases de educación formal, entrenamiento deportivo y talleres para el desarrollo de habilidades que sirvan en el plano laboral a futuro.


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