“Tuve que bajarme en Sabana Grande y caminar hasta Chacaíto para tomar un bus que me dejara en mi trabajo en Los Cortijos”, contó Nora Villegas, vecina de San Martín. “Las camionetas aumentan los precios del pasaje de 150 bolívares hasta 200 bolívares, y no llevan señalización de las rutas. Hay gente que ni se puede montar en la camioneta porque no tiene cómo pagar”, añadió.

Usuarios del transporte público superficial denunciaron el incremento ilegal por parte de los choferes que conducen buses en el este de la ciudad. Desde hace casi dos meses, cuando se iniciaron las manifestaciones antigubernamentales, el servicio de Metro de Caracas limitó el acceso a varias estaciones de la capital, particularmente las pertenecientes a la Línea 1 desde Chacaíto hasta Palo Verde. Las irregularidades han desmejorado el sistema de rutas de autobuses.

La compañía de Metro de Caracas ha señalado en un comunicado que las  rutas (201) Altamira-Cafetal, (202) Altamira-El Hatillo, (203) Altamira-La Trinidad, (221) Chacaíto-Las Mercedes, (222) Chacaíto-Baruta y (315) Plaza Venezuela-Bello Monte, de las líneas BusCaracas y Metrobús permanecen cerradas para “garantizar la seguridad de sus usuarios, operadores y resguardar las instalaciones y unidades de actos terroristas de los cuales ha sido víctima recientemente”.

“La disponibilidad de las rutas de Metrobús sigue si las estaciones a las que están adscritas permanecen abiertas”, explicó el coordinador de la ONG Familiametro, Ricardo Sansone. “Aunque estén abiertas, hay veces que no se hacen las rutas por obstáculos en las zonas”, agregó.

“Hoy (ayer) tuve que pedirle dinero prestado a una amiga que, con suerte, me conseguí yendo al trabajo. Había dejado la billetera en casa”, dijo Alejandra Meza, vecina de Caricuao. “Cada vez que cierran las estaciones del Metro los conductores suben el pasaje a 200 bolívares, cuando en realidad cuesta 150 bolívares”, añadió.

Usuarios reportaron que la vía hasta Petare por la avenida Francisco de Miranda puede costar hasta 500 bolívares. “La gente se monta porque no le queda de otra, tienen que llegar a sus casas o al trabajo”, lamentó Meza. “Hace unas semanas vi a una muchacha que solo tenía 150 bolívares, el costo real de la tarifa, y el colector casi no le permite montarse. La chica al final pudo ingresar a la unidad”, señaló.

A estas irregularidades también se suma que cada vez hay menos autobuses para cubrir la demanda de pasajeros. El gremio de transporte ha denunciado repetidas veces la falta de insumos, pero el gobierno no ha atendido sus llamados.


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