El sarampión se dispara a velocidad de epidemia en la Venezuela revolucionaria. En los cinco primeros meses del año, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) registró el doble de casos que a lo largo de todo 2017, cuando los países del continente comenzaron a sufrir nuevos casos de esta enfermedad viral altamente contagiosa, que se creía erradicada en la región desde 2016.

El salto de los 727 casos reportados durante el año pasado a los 1.427 de enero a mayo de 2018 y el registro de 35 muertes desde mediados de 2017 profundizan la catástrofe humanitaria ya adelantada por infectólogos, como el reconocido doctor Julio Castro, profesor de enfermedades tropicales de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

En paralelo al sarampión, que se extendió por 17 de los 23 estados, corren la difteria, la malaria, la tuberculosis y la escabiosis, a las que hay que sumar la última irrupción: la poliomielitis, tres décadas después de su erradicación. Solo en diez países del mundo se reportan casos de una enfermedad temida por sus secuelas.

«Toque y espere, no pase. ¡Sarampión!», advertía ayer un cartel escrito a mano pegado en la puerta de una sala de emergencia hospitalaria en el estado de Bolívar. La denuncia pública la hizo la pediatra Livia Machado. «A las autoridades no les importa algo tan evidente y prevenible como el sarampión. Además colocan en las emergencias de los hospitales carteles como este, para hacer cierres técnicos en vez de acondicionar salas de aislamiento», dijo la profesora de la UCV.

La OPS confirma en su informe que solo Venezuela concentra 84% de los casos de sarampión de 11 países de la región que reportaron la enfermedad. Argentina repite la misma cantidad de casos (tres) en este período, mientras que los vecinos Brasil y Colombia pasaron de no tener ningún caso a reconocer 114 y 26, respectivamente. En estos países y en Ecuador (12 casos en lo que va del año), buena parte de los contagiados son venezolanos.

Es el estado del Delta Amacuro, el que concentra la mayoría de las muertes (33), pero es en Bolívar el que acumula «la mayor parte de los casos sospechosos».

En la vecina Colombia, libre de sarampión desde 2014, el primer caso alertó a la población y provocó que las autoridades lanzaran planes de vacunación en la frontera, dificultados por el flujo incesante de emigrantes. De los 26 casos, 17 fueron importados de Venezuela, siete son de trasmisión secundaria de personas llegadas desde el país hermano y «dos casos están relacionados a importación», corrobora la OPS.

«Ante las continuas importaciones del virus desde otras regiones de mundo y los brotes en curso en América», la OPS insta a todos los Estados miembros a vacunar con la primera y segunda dosis de la vacuna contra sarampión, rubeola y paperas «en todos los municipios» y «a las poblaciones en riesgo sin prueba de vacunación o inmunidad». En este grupo incluye viajeros internacionales, personal de salud y de turismo, incluyendo taxistas.

Con motivo del Mundial de Rusia, la OPS recomienda vacunar a todos los viajeros que no lo estén. También exhorta a los países a identificar los flujos migratorios y a activar grupos de respuesta rápida frente a los casos importados.

Complejidad

«Desde hace 10 años no existen políticas públicas consistentes de salud y por eso volvimos a encontrar estas enfermedades», explica Castro. Un factor que afecta todos los ámbitos del Estado, pero que en la salud evidencia aún más el tamaño de la crisis que sufre Venezuela, el país con mayores reservas de petróleo del planeta. Desde los infectados por VIH hasta los trasplantados, pasando por múltiples situaciones de complejidad médica. Y casi todos con severos retrasos en la ingesta de los medicamentos.

«Por Venezuela, América Latina está por perder años de esfuerzos y logros en erradicar polio y sarampión», acentúa Susana Raffalli, conocida activista humanitaria.

La escasez de medicamentos básicos y de insumos hospitalarios, incluidas las vacunas, supera el 85%, a pesar de la campaña de vacunación puesta en marcha en abril por el gobierno, que se ha escudado en las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos para justificar la quiebra del sistema de salud.

Por la crisis humanitaria, el andamiaje sanitario está al borde del colapso. Esta semana incorporó una cara nueva, desconocida para la opinión pública: Elizabeth Salazar, afectada por un cáncer de mama.

La mujer, de 63 años, mostró su seno izquierdo visiblemente afectado. Participó en una protesta frente al Ministerio de Salud para reclamar el tratamiento de quimioterapia que necesita para sobrevivir y que, como tantos otros servicios médicos, no se encuentra hoy en Venezuela. Consultada por un periodista, levantó su remera y mostró su pecho desnudo a la cámara. «Quiero vivir», resumió trágicamente Salazar.

Una luz de alerta para toda la región

  • 1427 Casos de sarampión

Fueron registrados en Venezuela en los primeros cinco meses de este año, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS); la cifra es casi el doble de la que se computó en todo el año pasado (727 casos)

  • 84% Influencia regional

La OPS confirmó que Venezuela concentra el 84% de los casos de sarampión de 11 países de la región que reportaron la enfermedad. Los vecinos Brasil y Colombia pasaron de no tener ningún caso a reconocer 114 y 26, respectivamente; gran parte de los contagiados son venezolanos


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