Hasta septiembre pasado fueron reportados 209 secuestros en el país, de acuerdo con la data extraoficial del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas. En 40% de los casos reportados, familiares de las víctimas concretaron el pago exigido por los delincuentes, 65% de los plagiados fue liberado por presión policial, 8% fue asesinado, mientras que 48% sigue en cautiverio. Solo en 5% de los casos hubo participación policial para el rescate de la víctima.

El número de secuestros conocidos por el organismo judicial desde 2015 a la fecha muestra un incremento. En ese año se reportaron 312 casos; 458 reportes en 2016; 438 casos en 2017, y hasta septiembre de 2018 hubo 209 secuestros; sin embargo, el Observatorio de Delito Organizado aportó otros datos. Durante los primeros 6 meses de este año, 122 personas habían sido víctimas de plagio en cualquiera de sus modalidades: breve o prolongado. La organización indicó que a los 209 casos reportados por el Cicpc se le sumarían los recabados por el monitoreo propio y la cifra superaría las 300 personas secuestradas, reportes que no se dan a conocer a la opinión pública, y hasta la fecha no se conocen datos del último trimestre.

La ONG señaló que durante los primeros 6 meses de 2018, fueron secuestradas 99 personas lo cual representa un incremento de 6,5%, en comparación con el mismo período del año anterior con 93 casos.

El informe realizado por esta organización revela que de los 99 casos señalados, 39 fueron de secuestro prolongado, que consiste en la retención de la víctima por más de 24 horas; 23 fueron exprés; 33 fueron frustrados al momento; y 1 solo resultó ser un autosecuestro. En 87,8% de todos los casos, las víctimas fueron liberadas mientras que 6 murieron en manos de sus captores.

El periodista Javier Ignacio Mayorca, investigador especialista en Criminalística, indicó que el secuestro se ha mantenido como tendencia delictiva, después del homicidio que es el “delito rey” en el país. En sus investigaciones, el también autor del blog Crímenes sin Castigo manifestó que el secuestro comenzó bajo la modalidad de prolongado hasta posicionarse una vez más en su versión inicial, que fue el secuestro exprés, “un secuestro convencional con un fin único: obtener dinero. Las bandas dedicadas a esta práctica están aplicando las técnicas de aprendizaje en el pasado reciente, pero ahora extienden los tiempos de retención, porque de esa forma podrán acrecentar su ganancia”, aseguró.

Último trimestre. Néstor Reverol, ministro de Interior, Justicia y Paz, informó en octubre al país que desde enero hasta ese mes, en comparación con el mismo período de 2017, la cifra de este delito había disminuido 41%. Un mes después precisó que seguía en descenso y había bajado 38,3%, y que este año se habían registrado 179 plagios. Los estados Miranda, Aragua y Distrito Capital es donde más se concentra esta fechoría.

Mayorca explicó que hasta 2010 las cifras de secuestro se nutrían de varias fuentes, entre ellas del Cicpc, la Guardia Nacional Bolivariana, los cuerpos preventivos de seguridad y el Ministerio Público. En 2018, los casos de secuestro solo se dan a conocer por el Cicpc y ocasionalmente por la GNB. Los datos recabados a través de las denuncias son plasmados en la base del Observatorio Venezolano de la Seguridad, un organismo creado por el gobierno para medir la incidencia o disminución de delitos en el país y que, según el experto en temas de seguridad y criminalidad, “no apuntan a cifras reales, por lo que no hay credibilidad en los datos mostrados”.


El Dato

Durante el primer trimestre del año, 42 funcionarios entre Cicpc, PNB, GNB, DGCIM, Ejército y policías estadales, participaron en plagios. En cuanto a las entidades con mayor incidencia fueron Miranda, Zulia, Aragua, Carabobo y Distrito Capital, de acuerdo con datos aportados por el Observatorio de Delito Organizado. En cuanto al secuestro exprés, las víctimas fueron abordadas en sus vehículos o inmediaciones de su trabajo o casa.


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