El martes pasado, personal de salud que labora en el hospital de niños excepcionales El Niño y el Mar, en Catia La Mar, salieron a protestar debido a la muerte de dos de los pacientes, lo que eleva a siete la cifra de menores de edad fallecidos en las últimas cuatro semanas.

“La falta de alimentos mantiene a los niños con incapacidad motora con el cuerito forrando los huesos”, lamentó Maryuri Díaz, presidente del Colegio de Enfermeras de Vargas. Agregó que no es la primera vez que el personal asume estos reclamos.

“Muchos de estos niños están abandonados por sus familiares y son las enfermeras las que han buscado apoyo para su alimento. Cada vez la dotación por el Ministerio de Salud se reduce más, es mínima, y el apoyo de la gobernación es esporádico”, dijo.

Informó que han llevado las quejas a la Defensoría del Pueblo: “La nutricionista del centro ha denunciado que la comida de una semana se la alargan para un mes. Están comiendo poco y sin proteínas; lo que se suma a la falta de psicotrópicos, que no les llegan desde diciembre”.

Dos casos de hepatitis. Han sido confirmados dos casos de hepatitis. Afortunadamente, los familiares de estos enfermos están pendientes de ellos.

Adicionalmente, la falta de insumos mantiene a más de la mitad de los niños con escabiosis.

Bernardo Guerra, médico pediatra, señaló que los últimos cinco pacientes que fallecieron tenían infección respiratoria. “En condiciones de desnutrición son vulnerables los 63 pacientes que sobreviven en este centro”, advirtió.

Recordó que, por su condición motriz y neurológica, los niños requieren más de 400 calorías y no las están consumiendo, porque los alimentos no les llegan regularmente.

Recordó que en 2013, en su condición de diputado, hizo una visita al centro y puso en evidencia hechos de corrupción, como la desaparición de 18 millones de bolívares aprobados en 2011 para 3 obras (rampa, cocina y lavandería) que no se ejecutaron.

Guerra reiteró que pedirán a la AN un derecho de palabra para solicitar que se investiguen esas muertes y las condiciones de precariedad en las que se encuentran estos pacientes: “No pueden hablar ni defenderse, solo dependen de sus enfermeras”.


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