La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de la Población Venezolana 2017 reveló la baja cobertura de vacunas en niños de dos años de edad, lo cual contribuye a la existencia de las epidemias de sarampión y difteria en el país.
El investigador Marino González presentó ante la Academia Nacional de la Medicina los datos de cobertura de inmunización que contiene el estudio. Precisó que 54% de los niños de una muestra de 6.168 hogares –que representan la realidad del país– no tenían la primera dosis contra el sarampión y a 30% le faltaba la inmunización de la difteria.
La encuesta, que elaboran en alianzas las universidades Simón Bolívar, Central de Venezuela y Católica Andrés Bello desde 2014 para retratar el avance de la crisis económica, alimentaria y de salud de Venezuela, todavía presenta resultados que evidencian que las mujeres y niños siguen siendo los más vulnerables.
Frente a los académicos se explicó que 60% de los hogares consultados aseguraron que no habían obtenido la primera dosis de la vacuna pentavalente que se administra a los 18 meses de edad y que protege contra la difteria, tosferina, tétanos, poliomielitis e infecciones ocasionadas por Haemophilus Influenzae tipo b, de los cuales 30% eran mayores de año y medio de nacidos. Mientras que la vacuna Trivalente viral, que se aplica al año de nacido y protege contra sarampión, rubeola y parotiditis, no había sido aplicada en 80% de los bebés de los hogares consultados; de estos, 54% ya tenía niños con más de 12 meses de edad a quienes les correspondía aplicarse la primera dosis.
La encuesta de 2017 también reveló que 30% de las madres consultadas en el estudio no habían podido inmunizar a sus hijos con la vacuna BCG para protegerlos contra enfermedades pulmonares cuando son recién nacidos. Además, 60% de las madres manifestaron que no aplicaron la primera dosis de antirotavirus, que es la causa más común de diarrea grave en niños de hasta 5 años; 70% no se había protegido contra el polio y a 40% le faltaba la vacuna de hepatitis B, que se les aplica al nacer.
Madres vulnerables. En 2016 se conoció, tras la divulgación de los boletines epidemiológicos luego de 15 meses censurados por el Ministerio de Salud, que 756 madres murieron al momento del parto, lo que representó un aumento de 65,79%%. Los investigadores de Encovi dilucidaron las condiciones en las que los madres entran a las salas de parto y las causas por las que cada vez son más altas las probabilidades de morir.
Cada año se reportan 500.000 nacimientos, pero 45.000 madres están en riesgo. La muestra de encuestadas reveló que 86,8% sí se controla en el primer trimestre, 11,4% inicia el control médico a partir de cuarto mes de gestación y 3,4% decide ir al médico a partir del octavo mes de embarazo. Casi 80% de las madres más pobres no comienzan su evaluación en el primer mes de embarazo y 60% a los 2 meses de gestación.
“25.000 mujeres embarazadas no se está controlando el embarazo para el año pasado, eso representa 5% del total”, destacó González.
La investigadora del Observatorio Venezolano de la Salud Marianella Herrera alertó sobre un alza de bebés que nacen con bajo peso, que están vinculados con madres que presentan desnutrición en el embarazo.
Herrera destacó que 8.115.000 mujeres tienen riesgos epigenéticos, que pueden ser transmitidos a los neonatos por el déficit de consumo de hierro, control de embarazo deficiente y escasez de suplementos alimentarios, lo cual prende las alarmas de la mortalidad infantil y materna en el país.
Herrera destacó que de la encuesta se desprendió que 33% de las mujeres menores de 18 años de edad están expuestas a un patrón de alimentación deficitario, y que 80% de ellas viven expuestas a la inseguridad alimentaria. Las mujeres en edad fértil perdieron 10,5 kilos durante 2017.
La investigación Encovi aún procesa datos que emanan de la visita a los mismos 6.168 hogares que encuestaron en 2016 para medir cómo ha afectado la crisis económica, de salud y alimentaria en estos años, cuando se agudizó la hiperinflación.
DATO
Encovi encuestó a 6.168 hogares durante 2016 y 2017 para medir el impacto de la hiperinflación, crisis sanitaria y de alimentación