El pasado 7 de marzo, Venezuela afrontó el peor apagón de su historia. En el estado Zulia la crisis se prolongó durante casi una semana, lo que perjudicó establecimientos, hogares y especialmente al sector salud.

Durante las primeras 24 horas de la falla eléctrica nacional, el Hospital Universitario de Maracaibo se mantuvo a oscuras. La planta del centro de salud arrancó solamente en la emergencia de adultos, por lo que la Unidad de Cuidados Intensivos y la emergencia pediátrica permanecieron en la oscuridad. Tres personas fallecieron  en el centro asistencial: dos adultos y un niño. Pero las muertes en el hospital por carencias no son ninguna novedad.

Fuera de las estadísticas del apagón, diariamente fallecen entre 15 y 16 personas en este hospital, de acuerdo con las cifras del Colegio de Médicos de Zulia.

“El HUM está prácticamente cerrado. Solo funcionan la parte administrativa y la emergencia, porque hasta la morgue está a media máquina. Ningún hospital puede dar una respuesta inmediata a la crisis humanitaria en este momento”, indicó Dora Colmenares, jefe de Cirugía del HUM, en exclusiva para El Nacional.

A pesar de que durante el segundo día de la falla eléctrica colocaron otra planta generadora y de que la energía se ha restablecido en varias partes del país, el HUM todavía sufre bajones y apagones a diario. El centro médico no cuenta con servicio de agua y los ascensores están paralizados.

“Este era el hospital emblemático, de referencia del Zulia; era ejemplo en la parte académica, científica, docente. Ahora lo único que tiene es recurso humano, sin herramientas para dar atención”, agregó.  

Colmenares, también secretaria del Colegio de Médicos del estado Zulia, corroboró que todos los hospitales de la entidad carecen de insumos y medicamentos para dar atención a los enfermos que acuden a las salas de urgencias: “El paciente que llegue a la emergencia de un hospital en el estado tiene alta probabilidad de morir por desatención. Si es atendido, igual, porque en el recinto no hay ni siquiera agua”.

De acuerdo con la especialista, ningún otro hospital puede dar soporte si el HUM decide cerrar en su totalidad, porque es el único que ha mantenido sus puertas abiertas y su personal sigue trabajando a pesar de las adversidades.

“Nosotros no estamos en protesta por la situación, sino en pie de lucha, atendiendo a nuestros pacientes. El paro lo tiene el régimen, nosotros no. Aunque el hospital esté totalmente cerrado aquí usted va a encontrar a la enfermera o a la bioanalista en su labor”, recalcó. 

Colmenares aseguró que debido a la falta de centros de salud operativos muchos pacientes mueren en sus casas. Esto propicia la falta de estadísticas necesarias para llevar el control de muertes y enfermedades.

Dijo también que a excepción del HUM y el Hospital Coromoto, que es financiado por Pdvsa, los demás centros públicos de salud permanecen en cierre técnico.

El Hospital Chiquinquirá, el Central, el General del Sur, el Adolfo Ponsel, el Doctor Manuel Noriega Trigo, el IVSS de Sabaneta y el de San Jacinto, todos en Maracaibo, así como el Hospital General de Cabimas Doctor Adolfo D’Empaire  se mantienen sin personal suficiente, sin servicios básicos ni insumos médicos. 

La especialista hizo un llamado a la comisión técnica de Derechos Humanos enviada por la ONU a Venezuela para que visite cualquier hospital del Zulia al azar, a fin de que constate las condiciones del sector salud. «Es necesario que llegue la ayuda humanitaria. Esta es una emergencia absoluta. Si no llega todos estamos sentenciados a pena de muerte. Este es crimen de lesa humanidad», concluyó. 


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