La imagen estandarizada de una mujer dedicándose únicamente a oficios del hogar o a la venta de empanadas y conservas nunca caló en la consciencia de Marta Elena Gómez, que desde su juventud, decidió romper paradigmas para dedicarse, como un hombre más, a pescar en mar abierto para ganarse su sustento.

Cuando apenas tenía 23 años de edad, inspirada por haber crecido en una familia de pescadores, no lo pensó dos veces para dar sus primeros pasos en la actividad a la que entregó su vida. “Escogí la pesca porque el mar me fascina; es algo con lo que se nace», recordó.

Su primer día no lo olvida. Antes de abordar la lancha, por su cabeza solo pasaba la frase “me voy a la mar” y apenas unas horas después, las emociones le brotaron a flor de piel, cuando consiguió su primera calada.

“Cuando vi los pescados revoloteando, me emocioné. Fue espectacular”, rememoró. Y su éxito, lejos de generar suspicacias entre sus compañeros, causó furor. “Adelante”, le dijeron.       

De hecho, aseguró que nunca fue víctima de machismo ni discriminación, y con el paso de los años, logró convertirse en referencia en las orillas de Puerto Colombia.

“Las mujeres también podemos pescar, también tenemos guaramo y fuerza para trabajar”, aseveró.

No se muerde la lengua para sostener que trabaja más que algunos hombres, que no lo piensa antes de ayudar a levantar las redes y que cuando laboran, lo único importante es el esfuerzo, no el género.

«Si tienen sueño, quédense durmiendo», recomendó.

Mamá, jefa de la casa y fiel a la familia

A pesar de que a veces comienza a pescar antes de que salga el sol y pasa el día entero dentro del mar, “La pescadora” no descuida a su familia.

Cada madrugada se levanta a las 3:00 am para cocinar el desayuno de su esposo y sus hijos, y dejar la casa ordenada antes de comenzar una nueva jornada de trabajo.

Asegura que sin el mar su vida no tendría sentido, y en lugar de buscar una actividad «convencional», seguiría marcando tendencias, pues preferiría «batir pega» acompañada de su esposo, dedicado a ser albañil, ya que su familia siempre ha sido su prioridad.

Tan apasionada es por lo que hace, que incluso una hermana decidió seguir sus pasos, y no descarta que sus hijas tomen el mismo camino, por lo que solo el tiempo dirá si, poco a poco, las mujeres comienzan a verse cada vez más en la pesca.

Sus experiencias en el mar la han llevado también a Chichiriviche, estado Falcón, adonde también estuvo como un pescador más, y demostró que lo suyo va en serio. “Las mujeres podemos repasar a los hombres”, confió.

Pese a haber nacido en Maracay, insistió en que Choroní es su casa, por lo que se sintió orgullosa de que por su trabajo den de comer a Ocumare de la Costa (su rival turístico en Aragua) e invitó a los turistas que no conozcan el pueblo a que lo hagan, pues “no se arrepentirán”.

“Esto es un paraíso. Vengan a playa Grande, a Cata y Chuao. Todo es bello, hermoso y precioso, gócenlo”.


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