En menos de una semana hubo una segunda detonación de bomba lacrimógena dentro de las instalaciones del Metro de Caracas este mes, reavivando así el debate sobre la seguridad de los usuarios en el principal servicio de transporte de la capital venezolana.

El caos que genera tomar el tren en medio de la multitud, fallas eléctricas que obligan a detener el servicio temporalmente y fuertes retrasos se han convertido en algo cotidiano. Sin embargo, el 5 de febrero detonaron una lacrimógena en la estación Plaza Venezuela de la Línea 1: una de las más transitadas debido a sus distintos accesos de transferencia.

Usuarios indicaron vía Twitter que el personal pidió apoyo a los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), a través de los parlantes, para que controlaran la situación lo antes posible.

Testigos indicaron que había mujeres y niños corriendo en medio de la confusión. El servicio fue detenido por aproximadamente media hora.

Algunos pasajeros atribuyeron los incidentes a la falta de vigilancia desde primeras horas de la mañana.

“¿Cómo no va tener fallas el Metro de Caracas si no tienen control del pasaje? Hay torniquetes dañados, sin vigilancia y algunas casetas cerradas”, declaró una usuaria en la estación Capitolio.

Cuatro días después, la estación Petare de la misma Línea fue cerrada temporalmente por otra detonación en sus instalaciones.

Personal de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) junto con los efectivos castrenses controlaron la situación, que dejó cuatro detenidos.

Carlos Osorio, ministro de Transporte, aseguró este viernes que el hecho se trató de un sabotaje y buscó generar zozobra en la ciudadanía.

“Es un hecho de saboteo que sectores de la oposición están impulsando”, señaló el ministro durante una entrevista. 

El Metro de Caracas indicó, mediante Twitter, que el organismo fue “nuevamente víctima de un acto terrorista”.

Ricardo Sansone, coordinador de la organización Familia Metro, destacó que las unidades de inteligencia deben investigar de dónde viene el uso de estas armas en las estaciones.

“Las fuerzas del orden público (cuerpos de seguridad del Estado) son los únicos que tienen acceso a las armas. ¿Entonces qué hacen artefactos en manos de civiles?”, destacó el coordinador de la ONG en una entrevista a El Nacional Web.

Sansone atribuye las deficiencias al poco entrenamiento de los cuerpos de seguridad.

“Antes teníamos un cuerpo de seguridad que era la Brigada Especial Metro, cuando estaba la antigua Policía Metropolitana. La seguridad (para aquel entonces) se estableció con base en los lineamientos del sistema Metro. Actualmente, hay una PNB que es llevada al Metro de Caracas sin mayor entrenamiento”, dijo Sansone.

“Reparten el grupo de policías de distintas unidades de Caracas, pero si no se ataca el problema de raíz, no podrán tener control de la situación”, acotó

La ONG ha tenido acceso a varios planes de seguridad para disminuir los incidentes, entre ellos el robo y hurto, actos que usuarios reportan con frecuencia en las redes sociales. Sin embargo, no pasan de ser “simples acciones momentáneas”.

“En estos 15 años hemos oído de diez planes de seguridad de Metro y todos tienen el mismo problema de raíz: no hay un personal entrenado para atender los problemas que se presentan en servicios de transporte como este”, aseveró el representante, quien hizo un llamado a reforzar los entrenamientos y procedimientos en un sistema de alto flujo de pasajeros.


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