Médicos de al menos cuatro hospitales del área metropolitana de Caracas se sumaron ayer al paro nacional indefinido que mantiene el personal de enfermería en los centros de salud públicos de todo el país, desde el lunes 25 de junio, para exigir al gobierno una remuneración acorde con el costo de la canasta básica así como la dotación de insumos, medicamentos y los equipos necesarios para garantizar la vida de los pacientes.

A la paralización de actividades se adhirieron también 3.200 bioanalistas que trabajan en la capital y en el estado Miranda, y personal administrativo y obrero de algunos centros asistenciales.

Los cirujanos y residentes del Hospital Vargas, la Maternidad Concepción Palacios, el Periférico de Catia y el Hospital José Ignacio Baldó en El Algodonal resolvieron paralizar actividades, luego de nutridas asambleas en las que se debatió durante varias horas la necesidad de que los gremios estén unidos en la lucha por la salud de los venezolanos, sin que eso signifique una desatención absoluta.

En el centro de El Algodonal, la asamblea decidió suspender las consultas, excepto las de prenatal y tisiología (casos de tuberculosis), y canceló las operaciones electivas. Se atenderán solo las emergencias, de acuerdo con la información suministrada por médicos. Este plan sería similar en el resto de los centros públicos.

Las enfermeras de la Maternidad Concepción Palacios que mantienen el paro indefinido por noveno día consecutivo, exigieron no solo aumento salarial, sino también el cese de la persecución contra trabajadores de la salud y llamaron la atención al cerrar la avenida principal de San Martín por varias horas. Ana Rosario Contreras, presidente del Colegio de Enfermeros del Distrito Capital, reiteró que a la paralización que ahora supera los 25 hospitales en 23 estados, se sumaron médicos, bioanalistas y demás personal de salud de varias entidades. Se prevé que progresivamente otros hospitales se sumarán.

Personal docente de la UCV se incorporó a una protesta de médicos del Hospital Universitario por mejores salarios. “Señor presidente, a usted lo invitamos a que viva un mes con el sueldo que ganamos”, gritaron los manifestantes que llenaron las tres entradas de esa casa de estudios. El personal del Instituto Anatomopatológico de la Facultad de Medicina también vociferó consignas por el robo recurrente en sus laboratorios y en casi todos los espacios.

La protesta cerró el tránsito en la entrada Tamanaco, por Plaza Venezuela, a donde agentes de la PNB se acercaron para restablecer el movimiento de vehículos, pero los funcionarios se retiraron ante los gritos de los manifestantes.

La presidente del Colegio de Bioanalistas de Caracas y estado Miranda, Judith León, al informar el respaldo del gremio, definió la acción como una protesta pacífica indefinida. “Paro es el que tiene el gobierno en el sector salud al no dar salarios dignos ni dotaciones”, aclaró. Rechazó la existencia de un contrato paralelo suscrito entre el gobierno y Fenatrifa Salud, para eludir la mora de un compromiso con los profesionales que devengan 3.600.000 bolívares con el último aumento presidencial. “Ya que a los militares les dieron un incremento de 2.500%, exigimos que se nos suban los sueldos en esa proporción”. Hoy los bioanalistas se reunirán en la Convención Nacional para decidir una acción a escala nacional.


Acádemicos apoyan acciones

La Academia Nacional de Medicina, en su condición de máxima corporación médica, realizó un llamado institucional al gobierno para que atienda el reclamo de los trabajadores de la salud, luego de expresar su apoyo irrestricto y acompañamiento a la protesta cívica y pacífica iniciada por el personal de enfermería de hospitales en todo el país. En un comunicado, los académicos se solidarizaron con los venezolanos. “Los acompañamos en su clamor ante un Estado que ha decretado sentencia de muerte para nuestros enfermos, alegando falta de recursos cuando en realidad mantiene la adquisición de armas de guerra o municiones para intimidar a la población. En medio de esta tragedia, los profesionales de la salud abandonan Venezuela al ser sometidos a remuneraciones miserables en medio de la hiperinflación y entre persecuciones por hacer denuncias sobre esta calamidad”.


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