54% de los cerca de 128.000 venezolanos que llegaron Brasil desde inicios de 2017 por la ciudad fronteriza de Pacaraima abandonaron el territorio brasileño.

La Policía Federal indicó que 47.855 cuidadanos abandonaron el país por la frontera terrestre y 21.113 mediante vuelos internacionales.

Según el informe publicado por el Ministerio de la Presidencia, entre 2015 y 2018, más de 56.000 venezolanos acudieron a la Policía para regularizar su estatus. 35.540 pidieron refugio y 11.100 solicitaron residencia.

La cifra refleja un aumento del éxodo de venezolanos que huyen de la crisis económica, política y social y deciden buscar una vida mejor en  otras naciones.

En Brasil, la mayoría de venezolanos se concentra en Boa Vista, capital del estado fronterizo de Roraima, pero las autoridades brasileñas han iniciado en los últimos meses un proceso voluntario de «interiorización».

Hasta el momento, 690 personas han sido trasladados a otras ciudades del país suramericano, entre ellas São Paulo, Manaos, Cuiabá y Río de Janeiro.

Michel Temer, presidente brasileño, reconoció en un decreto la situación de vulnerabilidad en Roraima e impulsó, con carácter de urgencia, una serie de medidas de asistencia humanitaria para los inmigrantes. 

Sin embargo, la gobernación de Roraima valoró esas medidas como insuficientes y solicitó a la Corte Suprema el cierre temporal de la frontera con Venezuela debido a la saturación de sus servicios públicos por el aumento de inmigrantes, una posibilidad que el Ejecutivo rechazó. 


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