El incremento de 50 bolívares del pasaje de transporte público urbano no se traducirá en una mejora en la prestación del servicio y en más unidades nuevas para los ciudadanos. Esa no solo es la percepción de usuarios y conductores que buscan acoplar entre sí sus gastos desde 2016 para hacer frente a una inflación galopante. Es también la conclusión de un análisis del sector en los últimos 16 años, en el cual se establece que el deteriorado estado del sistema, a pesar de los aumentos –ilegales los dos últimos–, se debe a la falta una política integral para la atención de los problemas del sector.

“El sistema de transporte público venezolano lleva años estancado por problemas de sustentabilidad, de diseño e implementación de políticas sectoriales transversales, de coordinación entre los actores claves, de infraestructura en transporte masivo y obsolescencia del parque automotor”, señala el estudio realizado por el economista Joastin Rangel para la consultora especializada en políticas públicas ODH y publicado en 2016.

A partir de la manifestación que hubo el 21 de septiembre del año pasado frente al Ministerio de Transporte, donde los conductores entregaron un documento que exigía el aumento del pasaje urbano, la consultora resolvió revisar el estado del sistema. De acuerdo con este análisis, desde 2010 las tarifas del transporte público suburbano, por ejemplo, se incrementaron 2.074%, y se aceleraron en 2014, en un contexto de incertidumbre política e inflación.

El análisis encontró que en este momento el sector registra el período de contracción del PIB más largo de los últimos 20 años, al constatar que acumuló 12 trimestres continuos de caídas, de acuerdo con cifras oficiales del BCV para los años 2015 y 2016. Además, cerca de 60% de las unidades de transporte público están paralizadas.

“Al problema de la antigüedad del parque automotor se le suma la imposibilidad de poder surtir el mercado de autopartes –dada la escasez de divisas–, lo que se traduce en una gran cantidad de unidades con problemas para operar”, señala el estudio basado en reportes de la dirigencia del sector.

Hasta abril de 2016, 60% de los buses en todo el territorio nacional se encontraban paralizados por falta de repuestos, declaró entonces José Luis Montoya, presidente de la Central de Carros Libres y Por Puestos; en tanto que Hugo Ocando, presidente de 45 líneas del Bloque Oeste de Caracas, afirmó que entre 35% y 40% de unidades de esas rutas estaban inoperativas por desperfectos.  


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