Una de las puertas de la reja perimetral que da acceso a las instalaciones de la piscina de agua salada de la Ciudad Vacacional Los Caracas, está forzada. El complejo recreacional es un modelo ideado por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva e inaugurado en agosto de 1955. 

Cerca de 20 metros de camino cubierto de monte conducen a la que fue desde aquel año la primera piscina de agua de mar en América Latina. Todo el lugar está cubierto de maleza. El Botuco, edificación donde se encuentra la piscina, con su salón de fiestas en el nivel 2, las duchas, baños en la planta baja y las áreas de esparcimiento, se cae a pedazos.

El complejo turístico, constituido por casas y pequeños edificios equipados, dispensario médico, salas de cines, mercados, restaurantes, una iglesia y un río de agua dulce, fue clausurado en 1996 y en 2002 abrió nuevamente, luego de ser recuperado y entregado a una cooperativa para su mantenimiento por el entonces presidente Hugo Chávez.

15 años después, de la piscina solo queda un pozo oscuro y maleza que ha crecido más de un metro en los espacios que sirvieron de descanso a centenares de venezolanos y turistas en temporadas vacacionales. Caminerías y los alrededores internos muestran trozos de cabillas, que se han desplomado con el tiempo.

“La piscina estaba funcionando 100%, pero esa gente que iba a administrarla a través de una cooperativa lo que hizo fue despilfarrar el presupuesto para el funcionamiento de las áreas, y repartirse 11 millones de bolívares cada uno. Luego la recibió Daniel Ferreira, que estaba haciendo una importante inversión, pero inexplicablemente le retiraron la concesión. Desde entonces la han saqueado y está abandonada”, contó Julio Araque, ex trabajador del desaparecido Incret, que administraba la ciudad vacacional, y de uno de los pocos establecimientos de comida que quedan.  Ignoran cuándo retomarán los trabajos de recuperación. “Están esperando que todo se desplome. Esos son espacios que darían empleo y se pierden por desidia”, afirmó.

A escasos metros, Marcelo Moreno, uno de los pocos concesionarios de kioscos de comida, hacía esfuerzos para recuperar el servicio de agua, además del techo de una de las churuatas que fue dañada por las fuertes brisas de las últimas semanas. “Estamos tratando de levantar el lugar con lo poco que tenemos a mano. No entregan créditos y la gente poco viene a las playas. Este local estuvo en manos del suegro, que lo mantuvo 48 años, y ahora estamos a través de una cooperativa”.

Por Los Caracas nadie se preocupa y desde hace más de cinco años no hay turismo debido al deterioro de las instalaciones y la falta de apoyo oficial, añadió.

El Mirador es uno de los sitios más conservados. Es una moderna edificación, casi al aire, con vista marina a una altura de más de 500 metros, pero no tiene servicios básicos. 

Uno de los trabajadores del Incret, que cumplía labores de vigilancia y que lleva 20 años en Servicios Generales de la institución, aseguró que desde la vaguada de 1999 todo quedó a la deriva. “Hace tres años vinieron ingenieros del Incret, hicieron inspecciones, tomaron fotos, pero no hay señales de ser recuperado para el turismo. Permanece cerrado desde hace 18 años y dejó de ser un atractivo para la gente.

Señaló que una de las fallas del Incret es haber entregado algunas áreas recreativas a gente que no tiene capital para invertir. “Solo dependen de créditos del gobierno, por lo que la generación de empleo es imposible”, dijo.

Norka Farías forma parte de una de las últimas cooperativas Mi Bello Descanso de Vuelvan Caracas. “Obtuvimos financiamiento de Inapymi para la lencería y equipamiento de los 40 apartamentos que recibimos para el servicio del turismo. Lamentablemente con la vaguada de 2010 fueron ubicadas familias damnificadas que destrozaron la estructura al irse al Caribe hace 4 años, donde recibieron sus apartamentos. En el bloque uno, solo quedan 10 apartamentos ocupados por las cooperativas y sus familiares”.

Recordó que los ministerios del Trabajo, de Educación y la gobernación se comprometieron a prestarles apoyo. “Solo una persona ingresó como mantenimiento del despacho de Educación”

Todos ellos dicen que seguirán en el lugar que mantienen con sus propios recursos.


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