Sandra Camacho, de 44 años de edad, tenía un fibroma. En lunes la operaron en la Maternidad Concepción Palacios después de semanas de postergación por falta de quirófano. La ingresaron, la sedaron y abrieron su vientre. Durante la intervención el techo del quirófano empezó a ceder por una filtración y el agua almacenada cayó encima de la paciente aún inconsciente, y con la herida sin suturar. «¿Cómo le digo a mi paciente que no morirá por la cirugía, pero le generé un mal?», expresa Damaris Ramos, médico adjunto al Servicio de Ginecología. Al despertar los médicos tuvieron que notificarle que ahora tiene una infección que deben tratar y debe buscar antibióticos por su cuenta y hacerse exámenes fuera del hospital. Ese mismo día, más tarde, se suspendieron los partos porque se fue la luz y la planta eléctrica no se activó. Ayer otras parturientas que tuvieron cesáreas hacían cola en el piso 8 y 5 para que las enfermeras les curaran las heridas que no terminan de cicatrizar por bacterias que adquirieron en quirófano. El olor a cloacas traspasa las paredes de algunos baños en el piso 5 y las mujeres aguantan las ganas de orinar porque las aguas negras salen por drenajes y pocetas. A la hora de bañarse intentan que el agua que almacenan en tobos no roce sus heridas. Solo murmuraban el asco que sienten y el temor a no cicatrizar pronto. «Los médicos cuando nos curan comentan entre sí que la contaminación vino del quirófano, pero nadie nos explica nada. Nunca había pisado un hospital, tengo a mi hijo con tanta ilusión y nos tratan como animales», explica una de las madres que lleva dos semanas hospitalizada. Moraima Hernández, jefa de Infectología de la Maternidad, confirmó las denuncias de las parturientas. En lo que va de año han atendido 2.813 partos en 2 quirófanos activos de los 3 existentes. Mientras que otros 4 destinados a cirugías electivas están clausurados y ahora fungen como sede improvisada del Departamento de Farmacia. «70% de las mujeres que dan a luz aquí se contaminan, pero siguen atendiendo a las mujeres en esos quirófanos. Cambian calidad, por cantidad», denunció la infectóloga. Hernández denunció que 100 neonatos murieron en los primeros 3 meses de este año y asegura que esa cifra representa 69% más de los fallecimientos reportados en el mismo trimestre de 2015. «Existe el riesgo inherente a la prematuridad de estos bebés, pero en este hospital hay trayectoria para tratar complicaciones severas. Los bebés al nacer hacen alcabalas en sala de parto por el colapso de cunas. Permanecen días en quirófano en cola hasta que se desocupe terapia intensiva o área de prematuros. Adquieren infecciones asociadas a una atención inadecuada», explicó. Tampoco se alimentan. Desde el 7 de abril las parturientas dejaron de recibir sus tres comidas diarias. El Hospital Militar asumió la alimentación, pero solo envían 100 platos para 300 mujeres hospitalizadas. El dato Médicos de El Algodonal acompañaron a los especialistas de la Maternidad. Denunciaron que el tomógrafo está dañado, no hay equipo de rayos X y que solo tienen 6 anestesiólogos para los 4 hospitales que conforman el centro de salud. Apenas tienen 2 quirófanos y solo se realizan 2 partos a la semana, pese a que se dicta un posgrado en Obstetricia. Este año se hicieron 203 cirugías.


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