Representantes de la comunidad portuguesa en Venezuela pidieron ayuda al gobierno de su país ante las acciones del gobierno del presidente Nicolás Maduro en contra de los comercios de propiedad lusa, a los que obligó este fin de semana a vender a pérdida sus productos.

Los comerciantes denuncian que el Ejecutivo nacional les obligó a vender la mercancía con 50% de descuento “sin argumentación alguna”.

Los representantes se reunieron en el Centro Portugués de Caracas.  Allí pidieron al ministro de Exteriores de su país, Augusto Santos Silva, que transmita su preocupación al canciller venezolano Jorge Arreaza durante la reunión que ambos diplomáticos tendrán este lunes.

El gobierno culpa a comerciantes y empresarios de la situación de hiperinflación que afecta a la nación petrolera, en la que un salario mínimo apenas alcanza para alimentar a una persona una semana pese a los constantes incrementos decretados por el presidente Nicolás Maduro.

Desde noviembre, el gobierno desplegó inspectores, funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y policías en comercios, a los que ha obligado a bajar los precios.

Este fin de semana le ha tocado el turno a los supermercados, y las rebajas forzadas -que a menudo llevan a los comerciantes a tener que vender a pérdida- han provocado grandes colas y tumultos.

En su intervención, Santos Silva alertó las consecuencias negativas de estas prácticas por parte del gobierno, al que ha emplazado a proteger al pequeño comercio. El jefe de la diplomacia portuguesa aseguró que tratará el tema de los supermercados en su reunión con Arreaza.

Entre los asistentes a la reunión había numerosos comerciantes y vendedores al por mayor, que han manifestado su esperanza en que el ministro conozcan la situación límite a la que les llevan los controles de precios, el racionamiento de materias primas y otras políticas del gobierno  del presidente Maduro.

«Queremos que sepa las vagabunderías que nos hace este gobierno», cuentó un panadero nacido en Madeira, que se quejó de la escasez de harina y de levadura y dice haber sido obligado a vender a pérdida buena parte del año.


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