Las características de los niños que viven en la calle y las razones por las cuales huyen de sus casas han cambiado a raíz de la agudización de la crisis. Leonardo Rodríguez, director de la Red de Casas Don Bosco, explicó que hoy en día el hambre los saca de sus hogares como medida desesperada para alimentarse.

“Antes los chamos salían de sus casas por las drogas y problemas familiares, ahora es por el hambre. Los niños se van a la calle porque no hay comida en sus casas. Hay una relación directa entre el hambre y los niños en la calle”, expresó.

Las actividades a las que se dedicaban han variado al mismo ritmo. “Antes eran grupos cuyo oficio era realizar malabares en los semáforos, ahora solo se dedican a hurgar en la basura, han creado hasta un control alrededor de ella. 80% de ellos está en mendicidad”, manifestó.

La Red de Casas Don Bosco desde 2004 trabaja en beneficio de estos chicos a través de la iniciativa Patio Abierto, programa dedicado a atender jóvenes y niños en situación de calle, con jornadas diarias, en las cuales les brindan alimentación, vestido, aseo y un lugar e insumos para lavar su ropa, en su sede de Sarría, en Caracas y también en Puerto La Cruz, Anzoátegui. “Buscamos crear un espacio donde los chamos puedan estar tranquilos, coman y se aseen. Además esto nos permite conocer sus historias y las razones por las que viven en la calle”, explicó Rodríguez.

Cada día el grupo de trabajo recorre el municipio Libertador para hallar e invitar a los muchachos a unirse a la actividad, en un horario de 9:00 am a 5:00 pm, de lunes a viernes. Los juegos deportivos, artes plásticas, tardes de cine y repostería, forman parte de las faenas, en grupos de alrededor de 12 niños en cada ocasión.

“Al principio hay mucho temor y desconfianza por parte de ellos, pero cuando conocen los beneficios que le ofrecemos, como bañarse y comer, se interesan”, dijo. Señaló que parte del objetivo es captar a los muchachos para que sean asiduos a las jornadas y luego reinsertarlos en programas sociales.

Esta asociación civil cubre sus gastos a través de donaciones y colaboraciones de empresas privadas. Rodríguez aseguró que el 95% de este tipo de organizaciones de atención en el país no reciben recursos por parte del gobierno, aunque estas tengan que notificar periódicamente el estado de sus actividades.

“Hemos agotado todas las instancias; solicitado reuniones, enviado comunicados, pero no recibimos recursos”, indicó. Además señaló que el cierre de empresas privadas ha limitado las donaciones que reciben.

La red cuenta con diez casas hogares donde acogen a adolescentes abandonados o cuyos padres no pueden asumir su custodia. Allí viven y se forman para el futuro.

Labor en riesgo. Desde hace 2 años el equipo de Patio Abierto se redujo de 18 a 4 colaboradores, producto de los pocos recursos y el éxodo del personal. Sin embargo, el principal temor de su director es quedarse sin nada qué ofrecerles a los muchachos. “Hay días en los que no podemos darles nada de comer y solo pueden bañarse o viceversa, y es por la falta de recursos”, relató.

Los servicios que brindan están en riesgo, por lo que han tenido que regularlos. Las cantidades en los almuerzos se han reducido en raciones y nutrientes: por razones de costo, desde noviembre pasado, eliminaron la proteína y, desde antes, ya no tenían los acostumbrados jugos y frutas que acompañaban los platos.

“Solo estamos sirviendo pasta con granos o arroz con granos, producto del alto costo de la comida”, expresó Rodríguez.

Lo poco atractivo del alimento les juega en contra al momento de captar a los chicos. “Si bajamos la cantidad de comida nos ponemos en desventaja, porque no les provoca; prefieren quedarse pidiendo sobras en los centros comerciales”.

Alertó que darles dinero y comida cuando mendigan es contraproducente, porque les refuerza la conducta de vivir en la calle. “Detrás de cada niño en situación de calle, hay un adulto explotador que lo amarra. Ese dinero que reciben no es para mejorar su calidad de vida, es para contribuir a la explotación del niño”. Señaló que la solución para atenderlos es llevarlos a algún comedor o programa de reinserción social.

Abandono por migración. Un fenómeno que ha registrado Rodríguez este año, producto de la masiva migración que atraviesa Venezuela, ha sido el de niños en situación de calle por padres que se han ido del país y los han dejado huérfanos.

“El abandono en que viven muchos niños en Venezuela, los hace salir de los hogares que los padres dejaron. Es lo que nos reportan muchos chamos”. Señaló que los principales destinos son Colombia, Ecuador y Perú. Muchos de estos niños se niegan a vivir con otros familiares que no sean sus padres, por lo tanto optan por la calle como hogar. 


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