Lorent Saleh, ex preso político venezolano, anunció este jueves que será padre junto a su novia María Gabriela Medina. El defensor de los derechos humanos expresó que tenía miedo por las reacciones en las redes sociales. «He sentido culpa por sonreír y sentirme feliz sabiendo que muchos están sufriendo ahora», indicó.

Recordó que cuando estuvo preso en La Tumba, cárcel ubicada en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional en Plaza Venezuela, pensó que moriría y que nunca tendría un hijo. 

«Cuando estaba ahí, en esa caja bajo tierra, sin ropa y con mucho frío (…) me senté en el colchón, tomé mi cabeza, respiré profundo, agotado, y mi primer pensamiento fue ‘Dios, no tuve un hijo’. Esa seguridad de que morirás ahí adentro, te irás, luego de tanto y todo te irás sin dejar nada y a mi madre llena de dolor», relató Saleh. 

El ex preso político dijo que su lucha por los derechos humanos es por los niños y las personas que desean la libertad. «Ya entienden por qué mi sonrisa todo el tiempo. ¡Gracias Diosito!», finaliza la publicación. 

¡Voy a ser papá! ¡Un Lorencito viene en camino! Moría de ganas por contarles, por gritarlo a viva voz, lo tenía atorado entre pecho y espalda, vibrando de felicidad y queriendo caminar por las paredes. Pero les confieso que llegué a sentir temor por las reacciones al contarlo – he sentido culpa por sonreír y sentirme feliz sabiendo que muchos están sufriendo ahora. Cuando me metieron en la celda, cerraron la reja y el candado pasaron doble, ahí, abajo en la Tumba, luego de horas de locura, golpes y preguntas, aviones y carreteras, del secuestro en Bogotá y la profunda indignación, cuando por fin estaba ahí, en esa caja bajo tierra, sin ropa y con mucho frío… Retrocediendo, me senté en el colchón, tomé mi cabeza, respiré profundo, agotado, y mi primer pensamiento fue «Dios, no tuve un hijo». Esa seguridad de que morirás ahí adentro, te irás, luego de tanto y todo te irás sin dejar nada y a mi madre llena de dolor. Fue muy duro. Había acabado todo para mí. Un transversal constante pensamiento. La culpa de pensar en todo y todos menos en lo más importante: la familia. Me sentía un miserable hombre en este mundo. Hoy estoy acá vivo, próximo a ser papá junto a una maravillosa y gran mujer, en esto tan grande y ambicioso como lo es levantar un hogar. Busco palabras y estas no alcanzan a describir el sentir en mi corazón, es mucha la emoción. Voy a ser papá ����������… Imaginen la locura. Toda mi vida he amado a los niños, cuando estoy con ellos soy feliz y me entrego a su mundo de colores y fantasía. Los niños me recuerdan el valor de lo genuino y el poder de la imaginación, con ellos aprendo a ser libre y feliz en lo simple. Y es que justamente por ellos fue que decidí defender los derechos humanos y la libertad de las personas todos los días con amor y pasión, porque sí, creo que podemos dejar este mundo un poquito mejor de como lo encontramos al llegar. ¡Un Lorencito viene en camino! Me lleno de susto al saber que esta cosita humana está creciendo y mañana estaremos montando bicicleta, que debo ayudarle a descubrir el mundo y a respetar la vida… Qué gran responsabilidad. Ya entienden por qué mi sonrisa todo el tiempo ������. ¡Gracias Diosito!

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