El pavimento destrozado y el friso de la fachada les dan la bienvenida a los estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela. A un lado del estacionamiento, las rejas de un edificio de cuatro pisos impiden el ingreso de personas; sin embargo, uno de los desolados pasillos no escapa a la vista gracias a la separación de los barrotes que mantienen cerrado el lugar.

Se trata de los nuevos laboratorios de la facultad: un proyecto de 25 años que surgió por la necesidad de brindar un nuevo espacio ante el riesgo químico que corrían los estudiantes en el edificio anterior, ubicado en la escuela de ingeniería. La falta de presupuesto detuvo la inauguración del lugar, y con ella, la carrera de los universitarios.

Las prácticas de 12 materias pertenecientes a licenciaturas de Química, Geoquímica, Biología y Física, se han paralizado porque el edificio no cuenta con las condiciones necesarias para su uso.

“600 estudiantes no pueden seguir su carga académica por la prelación del pensum de las materias prácticas”, explicó Josmar Oliveros, representante de la facultad, durante una entrevista a El Nacional Web.

La situación se ha mantenido durante tres años, por lo que las escuelas han implementado planes de contingencia para aquellos estudiantes que están más cerca de recibir el título bajo las Nubes de Calder. Las medidas no han sido una solución para el resto de los alumnos, lo que se ha traducido en una deserción masiva.

“Nuestra escuela de uno en uno”

A pesar de que gran parte del edificio de laboratorios cuenta con algunos de los recursos gracias donaciones de entes públicos y privados, la apertura del espacio aún depende de la dotación los servicios de agua y gas, así como de campanas que permitan la extracción de gases tóxicos producto de reactivos químicos.

Ante esta situación, la Facultad de Ciencias inició en 2017 “Nuestra escuela de uno en uno”, una campaña destinada a la recaudación de fondos con la ayuda de egresados y estudiantes. Mecheros, planchas y tubos de ensayo son algunos de los recursos que han logrado obtener gracias a la iniciativa.

“Queremos que entes públicos y empresas privadas nos escuchen y se den cuenta de la situación que pasamos como estudiantes, muchísimos han abandonado la carrera por esta situación. Pedimos que se resuelva este inconveniente para que podamos seguir formando y graduando científicos”, solicitó Oliveros.

Aseguró que si dejan de graduarse científicos de la UCV podría haber una involución de la sociedad. “La ciencia es la evolución de una nación, es la que le brinda el por qué a las cosas, le brinda  el desarrollo a un país”, aseguró.

El cantar de los grillos inunda el lugar mientras los universitarios continúan su andar por la facultad. Aquella estructura, decorada con franjas azules, permanece solitaria mientras la inflación incrementa el presupuesto necesario para su inauguración y reduce la posibilidad de los estudiantes de culminar las licenciaturas que ofrece la institución.


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