Los pacientes trasplantados de riñón e hígado acudieron otra vez a la sede principal del Instituto Venezolano de Seguros Sociales para exigir respuestas sobre los inmunosupresores que deben ingerir de por vida, y que no llegan al país desde hace seis meses. La consigna fue la misma: “Queremos vivir”.

Aproximadamente 40 pacientes gritaron una y otra vez durante una hora, hasta que dejaron entrar a una comisión integrada por 10 personas para hablar con el Servicio de Trasplantes de Órganos. Para calmar el clamor, el IVSS prometió comprar los inmunosupresores para las 40 personas que estaban protestando en la calle, pese a que hay 3.066 pacientes en toda Venezuela. La medida paliativa la ofrecieron con la promesa de que el martes, o máximo en 15 días más, llegaría una importación de ciclosporina, everolimus, micofelonato y sirolimus.

A las 4:00 pm los pacientes seguían esperando en las instalaciones del IVSS, porque no había ni un solo fármaco en la Fundación Badan para que el organismo del Estado hiciera la compra prometida.

Pacientes del estado Guárico y Miranda (Los Teques y Valles del Tuy) viajaron hasta Caracas porque tenían 15 días sin el tratamiento, y sentían náuseas y mareos. Todos temían que estuviera empezando el rechazo del órgano injertado.

José Martínez, de 68 años de edad, y 18 de ellos viviendo con un riñón trasplantado, sostenía ayer un frasco vacío de tacrolimus que le donaron unos vecinos porque el paciente que lo ingería había muerto. “Hoy me tomé la última pastilla. Espero que hoy nos den respuesta”, dijo Martínez.

En la misma protesta estaba Yolimar Sánchez, de 58 años de edad, y 8 años de trasplantada. Iba con su nieta, de 4 años de edad, que la acompañaba con un cartel que decía: “Canal humanitario ya. Soy Venezuela”. Su abuela sostenía otro cartel increpando al presidente: “Maduro, nos condenaste a muerte. Nuestro único delito es ser trasplantados”.

Sánchez denunció: “Yo tomo pastillas para la tensión y la tiroides. Además de tres inmunosupresores y nada de eso lo encuentro. Un solo inmunosupresor me costaría fuera del país 73 millones de bolívares y yo soy docente jubilada. Estoy desesperada”.

El IVSS ha importado dos veces el inmunosupresor tacrolimus, que toman 1.017 pacientes, a través del Fondo Estratégico de la Organización Panamericana de la Salud. Los otros cuatro fármacos no se han traído al país desde hace 6 meses. Hasta la fecha la escasez de medicinas ha causado la muerte de 30 personas que perdieron el riñón donado para continuar viviendo.

La crisis ha golpeado a todos los pacientes renales. Este año fallecieron 7 personas porque estuvieron más de 8 días sin recibir diálisis. Desde el 22 de enero comenzaron a paralizarse hasta 32 de las 129 unidades de diálisis que hay en el país, porque el IVSS no pagó a tiempo los equipos dializadores.


Rechazan ofrecimiento de medicina a grupo reducido

Amigos Trasplantados de Venezuela y la Coalición por la Salud y la Vida, ONG cuyo objetivo es dar apoyo integral al paciente que requiere un órgano, rechazó que solo se ofrezca el fármaco al grupo de personas que protestaba y no se diera respuestas a los 3.033 pacientes de todo el país.

“La posición de Amigos Trasplantados de Venezuela y Codevida es que la solución no es ofrecerles las medicinas solo a un grupito, sino que debe haber tratamiento para todos los trasplantados. Al gobierno no le vamos a aceptar que jueguen con la vida de los venezolanos. Seguiremos en la calle exigiendo las medicinas”, dijo Francisco Valencia, quien preside ambas ONG.

Puntualizó que cualquier firma que se lleve a cabo en el Seguro Social no está avalada por las ONG que luchan por el derecho a la salud.


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