Cada vez que el presidente interino, Juan Guadó, convoca una manifestación, el ciudadano Gonzalo Alvarado atraviesa la ciudad para manifestar con una bandera de Venezuela en una mano, y sosteniendo la caja de madera que contiene las cenizas de su hija, en la otra. 

Francesca vivió solo por cinco horas y falleció por la falta de insumos médicos en el hospital donde nació. Hace dos años que Alvarado perdió a su hija y siempre recuerda los inconvenientes que se presentaron aquel día. 

«Primero, no había anestesiólogo de turno; segundo, el partero no tenía bisturí para hacer la cesárea; tercero, no había neonatólogo que se trasladara a la capital, y cuarto, la ambulancia no estaba prestando servicio por falta de frenos. Para completar, necesitaba unos guantes que el camillero me estaba vendiendo a un precio que no podía pagar en ese momento», contó a France24. 

Cuando sale a manifestar, su exigencia siempre es la misma: que permitan el ingreso de ayuda humanitaria al país para evitar futuros fallecimientos. »Hay que salir a marchar, aquellas personas que no salen a marchar no sienten amor por el país, no quieren su bienestar», indicó. 

Alvarado considera que en Venezuela «simplemente se propaga la muerte», por lo que considera imprescindible el corredor humanitario. 

«Necesitamos esa ayuda urgente, de donde sea, quien la mande, y no puede seguir este odio que lo que hace es retener los ingresos y las ayudas. Es importante que ingrese la ayuda», apuntó. 

Con información de France24


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