En los ojos de Ana Rodríguez, dueña de un local de comida en Romerito, Choroní, se marca la tristeza por los hechos que se produjeron tras la crecida del río “Las Mercedes”, pero también la esperanza por la recuperación del sector. En su voz reafirma la confianza en que los lugareños saldrán adelante y se repondrá la situación económica con la llegada de los turistas, pues asegura sentirse desamparada y completamente olvidada por el gobierno.
La dama recuerda con asombro la crecida del río, hecho ocurrido en la tarde del lunes 21 de agosto, que dejó cuatro muertos y un niño desaparecido. Desde hace 21 años tiene el local cerca del arroyo. Nunca había visto algo parecido. Sin embargo, no perdió su sonrisa y la calidez con la que recibe a los visitantes.
Ese lunes el río había crecido más de lo usual, debido a precipitaciones que cayeron durante horas en la montaña. El tránsito de vehículos estaba detenido por precaución. Poco después, el caudal de agua aumentó precipitadamente y arrastró consigo un Aveo azul que no pudo retroceder a tiempo. Además, una persona quedó atrapada entre dos carros y perdió la vida.
En el Aveo estaban tres personas que murieron y un niño que desapareció. Rodríguez había dejado su local media hora antes del hecho. Narró que escuchó desde su casa el ruido que produjo la crecida del río: arrastró piedras de varios metros de largo y alto así como arboles y sedimentos. “El río como que tronaba al chocar las piedras”.
“Toda la gente estaba aterrorizada, no sé qué decían porque tenían mucho temor. Vi desolación, el barro y los carros montados uno encima del otro (…) Le di gracias a Dios que no estaba en eso momento”, comentó Rodríguez.
“Ni agua potable”
“El gobierno no ha metido la mano. Voy a defender a Hidrocentro, pero el resto vino a tomarse fotos a los dos días. No trajeron ni una promesa. No trajeron nada. Entre ellos la gobernadora, Caryl Bertho; el alcalde, Pedro Bastida; el secretario del gobierno, y el candidato a la Gobernación de Aragua, Marco Torres”, expresó.
La reconstrucción y los trabajos en la zona han sido lentos, señaló Rodríguez en una entrevista para El Nacional Web. Las lluvias afectaron Romerito y causaron derrumbes en la carretera, pero el pueblo de Choroní no sufrió daños.
Tras el incidente, el gobierno envió bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción a 14.500 bolívares. Incluyeron dos aceites, tres harinas, tres arroces, dos pastas y una salsa de tomate, pero de resto, “ni agua potable”. Sin embargo, los lugareños coinciden en que si dependieran de estos alimentos ya hubiesen muerto de hambre, pues no llegan regularmente. Dos fundaciones y la sociedad civil se organizaron para llevar agua y otros insumos al sector.
Rodríguez expresó su impotencia al ver que el gobierno envió donaciones a otros países mientras “desatiende las situaciones en Venezuela”.
“Hay muchos políticos que se la pasan aquí. Supuestamente a Chuao va Elías Jaua y Diosdado Cabello. Ellos llegan presuntamente en helicóptero porque por aquí no pasan, estamos como olvidados (…) La oposición también pasa, cada vez que hacen campaña. Ellos han venido y traído cosas pero eso es más de lo mismo”, aseveró.
“Lo peor pasó”
La situación generó confusión y desinformación en las redes sociales, en las que se comentó sobre una “catástrofe” en el pueblo y más de 20 desaparecidos. “Ya lo peor pasó. Aquí no hubo afectaciones ni gran tragedia, lo único que lamentar fueron las personas que se llevó el río”, acotó Ana Rodríguez.
El río modificó por completo el panorama en el cauce, a la altura de Romerito, pero solo persistieron los problemas en la carretera Maracay-Choroní por derrumbes de arboles y sedimentos, aunado a la falta de mantenimiento de la vía.
“Me he sentido desamparada. Todos hemos trabajado y creo que esos problemas de las fallas de borde vamos a tener que solucionarlo nosotros (…) La prioridad es la carretera, que alguien de verdad se conduela y vea que esta es una zona turística demasiado bella”.
“Hay que recuperar la vía como sea, por nuestros medios y poniendo todos un granito de arena”, agregó Rodríguez, quién aún prepara empanadas, arepitas dulces y otras comidas tradicionales con vista hacia un nuevo paisaje.