Un mamógrafo por cada 10.000 mujeres. Ese es el número de equipos que debe tener cada país, según la Organización Mundial de la Salud. Por ende, Venezuela debería disponer de 1.000 mamógrafos para cubrir a las 10,1 millones de mujeres que, según el Censo Nacional de Población, habitaban en Venezuela para 2011.La población venezolana pasó de 28 millones de habitantes a 30,6 millones de personas 4 años después, por lo que el segmento de las mujeres también creció.Pese al incremento, para 2014 la Sociedad Venezolana de Mastología tenía entre 300 y 400 mamógrafos, aunque no todos estaban funcionando. Un año después se desconoce cuántos de ellos están operativos. El déficit imposibilita la realización del examen médico más importante para la pesquisa temprana del cáncer de seno: la mamografía.Juan Carlos Rodríguez, presidente de la SVM, recordó que la recomendación es que toda mujer mayor de 35 años se haga el examen anualmente. Pero en Venezuela la crisis sanitaria se opone a las indicaciones.La primera falla, según el especialista, es la ausencia de un programa oficial destinado a atender la primera causa de muerte por cáncer en el país. Los últimos datos disponibles son los del Anuario de Mortalidad de 2012, que indicó 2.067muertes por la patología.Ni siquiera el Ministerio de Salud sabe cuántos equipos están funcionando.Algunos CDI tienen mamógrafos digitales, pero no disponen del personal técnico. Los resultados no son evaluados por radiólogos. En la mayoría de los oncológicos públicos no hay equipos. Hace aproximadamente 7 años, en el Padre Machado se adquirió un mamógrafo bieloruso que no se pudo instalar.Ese el centro oncológico de referencia nacional y no tiene mamógrafo, detalló.Los centros privados están limitados porque escasean placas para el revelado de las mamografías, lo que obliga a imprimir solo lo indispensable. El resto de los análisis se guardan en discos compactos.Los exámenes de los CDI casi siempre están mal revelados y carecen de la identificación del paciente, así como de la fecha de realización. La mayoría de los mastólogos evitan tomar decisiones con ellos. En el caso de los discos compactos se leen en computadoras, sin la resolución necesaria.También hay problemas para hacer estudios complementarios como el ultrasonido mamario, agregó.Ricardo Ravelo Pagés, mastólogo, coincide en el diagnóstico: aunque la prevención es posible, cada vez es más difícil. El acceso a los métodos de detección temprana se dificulta porque no existen los insumos o porque son importados y no hay acceso a las divisas. Es difícil para el paciente realizarse estudios porque cuestan más de un sueldo mínimo, expresó El médico también apuntó que no hay gadolinio, un contraste usado para la realización de resonancias magnéticas.Juan Carlos Rodríguez enfatizó en que el autoexamen de mamas, promocionado como una herramienta para el hallazgo de anomalías en el seno, es una alternativa limitada frente a las mamografías.Cuando una paciente detecta la lesión es porque ya tiene tiempo allí, casi siempre tienen más de un centímetro y ya está avanzada. Con la mamografía se detectan lesiones milimétricas, insistió.Retrasos. Enrique López Loyo, experto en el estudio patológico de lesiones mamarias, señala que la falta de inversión ha hecho retroceder los avances médicos logrados en el país.El médico explicó que hace algunos años Venezuela inició los tratamientos contrastuzumab (Herceptin), un fármaco que controla al gen HER2 que influye en el desarrollo del cáncer de mama, pero el suministro de la terapia fue interrumpido por el IVSS que la entregaba a través de las Farmacias de Alto Costo.López Loyo es autor de un estudio aplicado a 2.000 venezolanas con dolencia, aún no publicado, que revela que una de cada cuatro pacientes es positiva al gen. Explicó que la terapia eleva en 34% la posibilidad de sobrevivencia.Ningún centro público está haciendo esa terapia y los privados están limitados porque es imposible mantenerse a los precios internacionales. El reactivo cuesta casi 2.000 dólares. 25% de las pacientes está desasistida y su probabilidad de sobrevida está disminuyendo, advirtió.25% de las pacientes está desasistida y su probabilidad de sobrevida está disminuyendoPromesas incumplidasEl 19 de octubre de 2014, Andreína Tarazón, ministra de la Mujer, anunció la apertura de 18 centros gratuitos especializados en cáncer de mama a través del programa La Patria es una Mujer.El 2015 será un año de avance definitivo para que el país pueda demostrar cómo las mujeres sobrevivientes previenen a tiempo la enfermedad y gozan de un auténtico sistema de salud pública que las atiende, dijo Tarazón a AVN, en un acto con motivo del Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama.Tras el arqueo de la prensa oficial y la encuesta a la directiva de la SVI y de 10 mastólogos y oncólogos nacionales se concluyó que los centros no existen.La página web del programa describe que solo se limita a la orientación y ofrece el servicio de donación de pelucas, turbantes, sostenes, entre otros.Al cierre de 2014, última fecha de actualización de la web, había 1.200 personas registradas en ese sitio. También sigue pendiente la construcción del Centro Nacional de Cáncer en Montalbán y no hay proyectos claros sobre otro especializado para tratamientos que se edificaría a partir de este año en Monagas.


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