Al cumplirse ayer tres meses desde que la Corte Interamericana de Derechos Humanos dictó las medidas cautelares por las que pidió al gobierno salvaguardar la vida y salud de los 27 niños pacientes del área de Nefrología del Hospital J. M. de los Ríos, el Estado no ha atendido las exigencias y las condiciones del centro de salud han empeorado.

“Tenemos un balance negativo. Las medidas impuestas por la CIDH no han sido cumplidas en ningún aspecto. Es una falla total. El Estado debe entender que el amparo de estos niños no es un juego; debe cumplir con el derecho a la vida”, expresó Katherine Martínez, presidente de la ONG Prepara Familia.

En la declaración del 21 de febrero a la solicitud realizada por varias ONG, la CIDH exhortó también al gobierno a adoptar acciones para mejorar las condiciones de salubridad del hospital e informar sobre los avances de las acciones tomadas, sin embargo nada de esto se ha acatado.

“En la reunión del 7 de mayo, en Santo Domingo, entre la CIDH, el Estado y las partes involucradas, hicimos una evaluación de la aplicación de las medidas. El Estado se presentó con información poco idónea, sin un cronograma, ni fechas; se presentó irresponsablemente”, señaló Martínez.

Diálisis. En la Unidad de Nefrología, 23 niños están obligados a dializarse 3 veces a la semana durante 4 horas en cada sesión. No obstante, debido a un bote de aguas servidas por una tubería rota, desde hace casi una semana la Unidad de Diálisis ha trabajado irregularmente. “Esta filtración de aguas negras, que emana un olor desagradable en toda el área, causará infecciones”, alertó Martínez.

Los niños se dividen en dos grupos para ser dializados. Pero ayer, el grupo de la mañana fue atendido solo dos horas y el de la tarde fue enviado a su casa sin recibir el tratamiento. “A los pequeños de la tarde no pudieron recibirlos, porque no había agua en el hospital y nunca llegó la cisterna para abastecerlo”, dijo la activista.

Las fallas relacionadas con el suministro del servicio en el hospital de niños han sido recurrentes desde hace más de un mes, por lo que la directiva ha conseguido cisternas para abastecerse de agua, a fin de que Unidad de Diálisis funcione medianamente. Pero esto no se ha logrado. De las 15 máquinas existentes, funcionan 13, de las cuales solo trabajan 7 por turno debido a la poca fuerza del agua. “A la planta de osmosis para filtrar el agua no se le ha hecho mantenimiento desde febrero. Esto es perjudicial para las máquinas”, advirtió Martínez.

“Los niños están inmunosuprimidos, no tienen otra opción, porque los trasplantes están paralizados desde junio. No tienen riñón y su única esperanza está en conectarse a la máquina”, recordó.


La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, luego de una investigación sobre las fallas del hospital, consideró que el caso reunía los requisitos de gravedad, urgencia e irreparabilidad contenidos en el artículo 25 de su reglamento.

Las medidas dictadas se basan en que el gobierno debe tomar las acciones necesarias para garantizar la vida, la integridad personal y la salud de los niños pacientes del área de Nefrología.

“La comisión considera que las autoridades deben proporcionar un tratamiento médico que tome en cuenta, entre otros aspectos, el acceso a los medicamentos y procedimientos requeridos, conforme a las recomendaciones de los expertos correspondientes”, dice el documento.

Además, la CIDH instó a adoptar medidas con el fin de asegurar las condiciones de salubridad y seguridad adecuadas en el área e informar sobre las acciones empleadas a la Corte.


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