Ayer, antes de las 11:00 de la mañana, ya había una cola de personas esperando fuera del local para comprar medicinas. Estaban en la planta baja del edificio Giorgio, en Boleíta Sur, donde la Alcaldía de Sucre reinauguró la sexta farmacia popular del municipio, con el nombre de Gran Mariscal de Ayacucho.Mientras llegaba Carlos Ocariz, alcalde de la jurisdicción, para dar inicio al acto de apertura los comunicadores pudieron entrar al establecimiento y conocer sus instalaciones. Se trata de un negocio pequeño, aseado, iluminado y con estantes de formica que exhibían medicamentos escasos como el Diclofenaco Potásico, conocido bajo el nombre comercial de Cataflam; la Vildagliptina/Metformina Clorhidrato, conocido como Galvus Met o el genérico Enalapril, recetado para el tratamiento de la hipertensión o algún tipo de insuficiencia cardíaca crónica.Un cartelito adherido en lo alto de una pared de vidrio, colocado sobre las vitrinas, menguaba la felicidad y advertía sobre la disponibilidad real de las medicinas: ?Medicamentos antihipertensivos, antibióticos y anticonceptivos solo (1) por persona?. Más luego, Maurybel Caraballo, coordinadora de la farmacia, explicaba que ciertamente sí había poca cantidad de medicinas y que por esa razón tenían que venderlas con equidad, pero aclaró que allí estaría el equipo de la Alcaldía de Sucre para garantizar el suministro.?Este programa tiene 22 años y se ha mantenido porque buscamos proveedores nuevos y siempre conseguimos quienes nos vendan. Tenemos una ganancia mínima porque vendemos 20% menos que en la calle y todo lo volvemos a reinvertir. Somos una fundación y lo que nos interesa es ofrecer un servicio social?, dijo Caraballo.Carlos Ocariz informó que buscan convertir los seis establecimientos de la alcaldía en un sistema de droguerías para no depender de otros distribuidores de fármacos sino saltar ese eslabón e ir directamente a los laboratorios.Vicente Mijares, presidente de Fundasucre, aseguró que en el local se puede conseguir antibióticos, antihistamínicos, antigripales, analgésicos, antidepresivos, broncodilatadores, antiinflamatorios y expectorantes, entre otros. Dijo que no había champú, enjuague, papel sanitario ni pañales, pero que tenía esperanzas de que haciendo un contacto directo con los fabricantes podrían lograr abastecerse de esos productos.


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