“En Venezuela no hay insulina ni tiras reactivas, y cuando llegan están cada vez más caras”, ese es el testimonio más repetido, que en forma de clamor, realizaron ayer los padres de niños diagnosticados con diabetes tipo 1, durante el evento Camino del Guerrero, actividad deportivo-recreativa organizada por la asociación civil Guerreros Azules.

La cita sirvió para reunir a 100 niños con la enfermedad y sus padres, a fin de sensibilizarlos sobre la mejor forma de abordar su condición, explicó Martha Palma Troconis, coordinadora general de la asociación, fundada hace un año por un grupo de madres de niños con diabetes tipo 1, en un esfuerzo por hacer visible la enfermedad.

“Nuestro objetivo es empoderar a los niños sobre la enfermedad, darles la información que necesitan para que no tengan miedo al enfrentar esta condición y que más bien sientan orgullo y puedan vivir con dignidad”, señaló.

Palma precisó que la mayoría de los más de 200 registrados en la asociación son atendidos en el J. M. de los Ríos, hospital en el que se controla la mayor cantidad de niños con diabetes tipo 1 en el país, como Royer Pallares, de 8 años de edad, diagnosticado de emergencia con diabetes tipo 1 en marzo de 2016, debido al constante sangrado nasal, relató su madre, Yolanda Díaz, quien vive en el sector Tomuso, en Santa Teresa del Tuy, estado Miranda.

Díaz denunció las dificultades que enfrenta desde 2014, pues, pese a que reciben las dosis de insulina en el hospital, muchas veces les resulta imposible administrárselas por la escasez de inyectadoras y de tiras reactivas que requieren para precisar la dosis que debe ser aplicada sin riesgo; además de la imposibilidad de mantener el régimen nutricional.

“A veces es difícil cumplir con la dieta, no siempre le puedo dar la merienda, él debe comer seis veces al día, por porciones, y no todas se las puedo dar. Las inyectadoras y las tiras no se consiguen en Venezuela desde hace tres años”, afirmó.

La diabetes tipo 1 puede ser abordada desde distintas áreas, pero son fundamentales el tratamiento –que no se puede interrumpir y es de por vida– y la alimentación, advirtió María Gabriela Nery, psicóloga diagnosticada con diabetes desde los 17 años, y colaboradora regular de la asociación mediante asesorías.

“En la actualidad, debido a los avances científicos, la enfermedad es completamente controlable, al punto de que no limita la variedad de la dieta, aunque sí las cantidades, pero en Venezuela es limitado el acceso a los medicamentos más novedosos”, advirtió.

Bernard Villegas, enfermero asistencial en el Hospital de Niños J. M. de los Ríos, reveló que el gobierno ha disminuido la frecuencia de entregas de tratamiento a través del programa endocrino-metabólico, y solo distribuye la insulina conocida como NPH, uno de los primeros medicamentos de este tipo que se crearon, cuyos efectos secundarios fueron corregidos en otros de más reciente invención.

En la actividad participaron niños desde los 6 años de edad. A todos se les dio información útil a fin de hacer llevadera la condición, explicó Melissa Cipriani, miembro de la asociación: “En cada estación, personal médico les dio información práctica de la enfermedad a niños que deben recibir hasta tres dosis diarias de insulina”.


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