Aunque en Choroní y en Puerto Colombia no hubo damnificados ni ocurrió una tragedia por los deslaves que causaron las lluvias del 21 de agosto en el sector Romerito, los lugareños no escapan de la crisis humanitaria que afecta a Venezuela.

En el ambulatorio del casco colonial de Choroní, como ocurre en el resto del país, faltan medicamentos que no llegan con regularidad.

«La situación es crítica porque no hay insumos ni remedios. No hay antibióticos y necesitamos antidiarréicos», explicó Edelmira Blanco de Vargas, enlace entre los médicos y la comunidad, en declaraciones a El Nacional Web. 

A pesar de la problemática, los doctores no aceptan donaciones, con el pretexto de evitar confrontaciones con los vecinos, aseguró uno de los trabajadores del ambulatorio.

Pero los estantes vacíos no son el único dolor de cabeza para quienes se ocupan de las instalaciones. La planta eléctrica con la que contaba el centro se dañó recientemente y no han podido repararla.

«Cuando se va la luz esto parece una boca de lobo», lamentó Blanco de Vargas.

Pobladores afirmaron a periodistas de El Nacional Web que las fallas en el suministro eléctrico son constantes, y que pueden ocurrir diariamente. Representantes de posadas admitieron que se sorprenden cuando la luz no se va por una semana entera.

Debido a las condiciones, en caso de que se presente una emergencia, los médicos tienen una ambulancia a disposición, que debe trasladar a los pacientes desde Choroní hasta Maracay, en un trayecto que dura aproximadamente una hora y media.

«Si sucede, hay que ir rezando que no hayan derrumbes en la vía», agregó la representante comunitaria, pese a que habitantes aledaños a la carretera aseguraron que bomberos y Protección Civil trabajan 24 horas en el lugar, previendo que puedan haber obstrucciones.

Oídos sordos por parte del gobierno

La situación de crisis en el sector salud no es producto de las lluvias que cayeron a finales de agosto, sino que viene suscitándose desde hace varios años.

En 2014, autoridades gubernamentales pidieron desalojar el ambulatorio para llevar a cabo reformas generales.

El plan contempló que la zona contara con tres ambulatorios para atender distintas necesidades: en Uraka se encargarían de hospitalizaciones y partos; el casco colonial haría lo propio con partos y chequeos generales, mientras que en Puerto Colombia se dedicarían a las emergencias, especificó Blanco de Vargas.

Con el paso del tiempo la comunidad sigue presentando inconvenientes, por lo que los ciudadanos claman por una nueva intervención de las autoridades. “Falta atención por parte del gobierno”, añadió.

Sí se pueden donar medicamentos en Choroní

A pesar de que el ambulatorio no acepta directamente donaciones por parte de particulares, empresas privadas ni organizaciones no gubernamentales, Edison Correa, párroco del casco colonial de Choroní, sí las recoge, al igual que las monjas del pueblo.

Además, Blanco de Vargas no descartó la posibilidad de que los insumos se entreguen a personas de la comunidad para que las distribuyan según las necesidades de los habitantes. 


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