Venezuela vive en una continua zozobra. A la vulneración generalizada de los derechos a la alimentación, la salud, la seguridad y la libertad de expresión se suman la incertidumbre social y política, la migración masiva y la dificultad de cubrir las necesidades básicas, lo que afecta la salud mental de los ciudadanos. Son comunes las depresiones, los trastornos de ansiedad y los ataques de pánico. Y esa situación puede exacerbarse esta semana por el giro de los acontecimientos políticos.

“Siempre es importante comprender que cada uno tiene una forma distinta de afrontar las situaciones”, indicó Víctor Coronado, psicólogo egresado de la Universidad Rafael Urdaneta, en Maracaibo, y miembro de la fundación Rehabilitarte.

“Así como vemos muchas personas tristes también las hay que ven la oportunidad dentro de la crisis, porque tienen una forma de enfrentar las situaciones más adaptativa”, señaló.

Coronado indicó que es necesario entender la particularidad de cada caso y su capacidad o habilidad para plantarse ante la zozobra, la ansiedad o la angustia, pero siempre “es necesario expresarse emocionalmente, porque eso va a permitir que las personas puedan liberar algo de la tensión que los acompaña”.

Recomendó analizar con sus grupos de vida lo que se vive: “Debemos permitirnos hablar de lo que nos pasa, proponer y buscar soluciones con nuestra familia, con los amigos e incluso con los especialistas que nos acompañen”.

El psicólogo explicó que muchos se sienten invadidos por la desesperanza y agobiados por injusticias sin saber cómo afrontar la realidad. “Hay que denunciar. Ese es un mecanismo que permite que la gente se empodere y que hay que asociar a la búsqueda de una solución. Cuando esto se logra, la tristeza que acompaña la indefensión evoluciona y las personas se sienten mejor”, manifestó.

“Debemos exigir un entorno con condiciones más idóneas que haga que tengamos mejor calidad de vida”, recalcó.

Para Albanis Oliva, psicóloga independiente, los especialistas deben acercarse más a la gente para tratar de entender mucho mejor el malestar que vive la población y crear actividades que les permitan expresarse: “Hay que brindar las herramientas necesarias para dar solución a los problemas, pero enfocándose en la particularidad con la que cada uno afronta su situación”.

Oliva señaló que esta semana hay expectativas sobre las posibilidades de un cambio en la política, lo que genera angustia en muchas personas. “Algunos fundamentan sus decisiones en lo que pueda pasar. Así decidirán si emigran o se quedan, por ejemplo. Hay que procurar que la gente se apegue al día a día porque la incertidumbre y la ansiedad están ligadas a una idea futura sobre lo que debería suceder o a una preocupación constante por ese futuro, que siempre es incierto”, destacó.

Y agregó: “Hay que vivir el día a día y que las expectativas estén asociadas a la realidad que vivimos. Eso puede hacer más llevadera esta situación”.

Las migraciones

 Ambos especialistas coinciden en señalar que millones de personas viven un duelo cuando despiden a un familiar o a un amigo que decide migrar a consecuencia de la crisis: “La familia ha sido el principal grupo vulnerado en cuanto al éxodo venezolano”.

Advirtieron que quienes se van también experimentan ese dolor. “Se habla mucho de los que se quedan, pero el que decide dejar la tierra también vive un duelo similar o quizás mucho más dramático: se deben adaptar a nuevas situaciones que complican la forma de expresarse, enfrentan una carga laboral extenuante y en algunos casos la xenofobia. Hay que entender que la tristeza ante la pérdida es algo totalmente normal”, observaron.


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