Nublado el día. Lluvias y algunos truenos. Temperatura máxima 28° y mínima 17°. Así despertaba Caracas el domingo 20 de julio de 1969 el día en el que Neil Armstrong, Edwin “Buzz” Aldrin y Michael Collins aterrizaban en la Luna.

Rafael Caldera era el presidente del país.

Caracas se perfilaba como una gran capital: se inauguraban autopistas,  se construían casas y edificios, nacientes centros culturales llegaban para enriquecer a la población. Además, la importación de bienes permitía un estilo de vida comparable con el de Nueva York o Londres. La ciudad de los techos rojos era la “sucursal del cielo”.

En la radio se escuchaba “Doncella Lunar”, de Duke Ellington;  “Space Oddity”, de David Bowie; “Aquarius/Let the Sunshine In”, de Fifth Dimension, “Ahora es tarde” del grupo Los Darts; “Cuando digo que te amo”, de Mirtha Pérez y grandes éxitos de La Billo’s Caracas Boys. 

Desde el 17 de julio, los caraqueños, como el resto del planeta, esperaban con ansiedad el aterrizaje de la nave Apollo 11 sobre una zona de la Luna llamada “El mar de la tranquilidad”. El domingo apenas comenzaba, las actividades para disfrutar en la ciudad eran muchas. Además, el Ministerio de Educación decidió cancelar las clases el lunes 21 por júbilo nacional.

El ritual dominical del caraqueño comenzaba con la misa. Las iglesias de la ciudad, según se lee en la edición del 20 de julio de 1969 de El Nacional, colocaron solo la mitad de sus ofrendas sobre el altar, pues la otra “estaba en el espacio”. Hojear la prensa, otro ritual, era sinónimo de encontrarse con decenas de anuncios con motivos espaciales.

A las 11:00 de la mañana, el Teatro Municipal se llenó de música con la presentación de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, dirigida por Antonio Bujanda y Gonzalo Castellano Yumar; más tarde, en el mismo recinto actuaba el Ballet Zhok de Moldavia. Luego, la familia se podía ir a almorzar en Le coq d’or, Los Hermanos Rivera o el Sorrento.

Por la tarde, ir al cine era una excelente opción. En el Canaima se proyectaba Funny girl con Barbra Streisand; los cines Metropolitano, Acacias y San Benardino, iban más a tono con el tema del día y pasaban el filme 2001: odisea en el espacio, del director Stanley Kubrick. Además, se estrenaba la obra de Isaac Chocrón Ok, en el teatro Alberto de Paz y Mateos.

Desde días anteriores, los venezolanos celebraban. Rafael Pineda había ganado el Premio Municipal de Poesía; Mirla Castellanos elevó su voz en el XI Festival de la Canción de Benidorm, España, donde obtuvo el primer lugar; mientras que Germán Freytes fue el primer ganador del Festival Internacional de la Canción de Caracas. 

El país vivía una época de bonanza y crecimiento. Tanto así que, junto con Colombia, fue el único país de suramérica en transmitir en vivo el alunizaje. En 1967, Radio Caracas Televisión (RCTV), compró un telepuerto en Estados Unidos para retransmitir las imágenes provenientes de la NASA. Para ello, instalaron la antena en Maracaibo.

Todo estaba listo.  RCTV y TVN, canal 5, contaban entre sus comentaristas con Renny Ottolina y Oscar Yánez. Por su parte, la emisora Radio Rumbo envió un corresponsal al Johnson Space Center de Houston para que narrara cómo se vivía el día desde el centro de operaciones; y el Observatorio Cajigal preparó telescopios y cámaras para fotografiar la Luna durante el descenso de los astronautas.

El epicentro de la acción era el hogar del venezolano. Familias enteras se congregaban frente al televisor en blanco y negro para celebrar este hito histórico. De acuerdo con la edición aniversario de El Nacional del año 2004: “En las casas festejaron el acontecimiento con hallacas –en julio- y sancocho, y partidas de dominó”.

La celebración fue masiva. Finalmente, el Apollo 11 aterrizó a las 4:18 pm en la Luna. Seis horas más tardes, Neil Armstrong ponía el pie izquierdo en el satélite natural de la Tierra. “Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad”, dijo. El mundo entero respiró aliviado. Cuatro días después, a las 12:51 del mediodía la nave que traía de vuelta a la tripulación amerizó cerca de Hawaii, en el océano Pacífico. Estaban en tierra.    


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