El 26 de mayo el Ministerio para la Salud recibió dos noticias que dejaron en evidencia la crisis: cuatro personas están en proceso de rechazo de los hígados que les trasplantaron y uno está por perder el riñón porque la farmacia de alto costo, que depende del Instituto Venezolano de Seguros Sociales, no despacha los inmunosupresores que deben tomar de por vida para evitar la pérdida. Ese mismo día estos pacientes también supieron que las operaciones para trasplantes de riñón se suspendían porque sin estos medicamentos no se garantizaba el éxito de la intervención.

Ayer, cuando se celebró el Día Mundial del Trasplante, se sumaban 11 días desde que el nuevo ministro para la Salud, Luis López, conoció la suspensión del programa y desde que la directiva de la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células, adscrita a ese despacho, acudió otra vez para hablar sobre el tema, pero fueron recibidos por una asistente.

Las notificaciones no surgieron de la noche a la mañana. José Riobueno, presidente de Fundavene, explicó que el colapso del programa de procura y trasplante de órganos fue anunciado desde 6 de enero a la ex ministra para la Salud, Antonieta Caporales, pero jamás se reunió con la fundación que ese despacho eligió para llevar el programa. Mientras que el director del IVSS, Carlos Rotondaro, también tuvo en sus manos las notificaciones, pero solo respondió que el ministerio debía autorizar los encuentros cara a cara.

Los trasplantes se reanudaron en agosto del año pasado, luego de 10 meses de paralización por falta de placas para hacer pruebas cruzadas que analizan si las personas son compatibles con los órganos, falta de líquido especial para preservarlos y que se garantizara que el IVSS abasteciera de inmunosupresores. Desde agosto hasta la fecha se trasplantaron 316 personas, las últimas 55 fueron en el primer trimestre del año: 7 recibieron un riñón de cadáver y otras 12 de un donante vivo, 28 recibieron córneas y otras 8 injertos de médulas.

Hoy la deuda social tienen una lista de 1.600 personas esperando riñón y 20 necesitan un hígado.

Los trasplantes de hígado llevan año y medio sin que los órganos estatales financien las cirugías que solo se hacen en la Policlínica Metropolitana a través de Fundahígado, por ser el único lugar que cuenta con la infraestructura y el personal capacitado. El costo de la cirugía está entre 50 millones y 100 millones de bolívares.

El trasplantólogo Pedro Rivas asegura que 150 personas mantienen consulta en Fundahígado, de las cuales 120 se trasplantaron en el país y el resto en el exterior. Todos están en peligro de perder sus órganos por la falta del inmunosupresor Prograf que lleva 2 meses sin que sea entregado a los pacientes. Denuncia que además hay 10 de ellos que están en peligro porque desde principios de año tomaban menos dosis de tratamiento por un racionamiento que comenzó el IVSS. Tampoco hay los medicamentos Cellcept, Valixa y Tlya.


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