Con sombrilla y silla en mano las personas de la tercera edad hacen largas colas en Caracas para cobrar su pensión. Desde las 6:00 am empiezan a llegar a los bancos y, acompañados de un sol inclemente, esperan hasta tres o cuatro horas para recibir el pago que les corresponde por años de trabajo.

Este jueves el equipo de El Nacional Web hizo un recorrido por varias entidades financieras para conocer la realidad que viven los abuelos venezolanos. Lo que se cuenta en las largas colas son historias llenas de impotencia, tristeza y desesperación.

Cada mes significa una angustia para los pensionados. Cuando corren con la suerte de que les paguen con billetes de mayor denominación, les fraccionan la pensión y tienen que acudir en varias oportunidades en una semana para recibir su dinero.

“He tenido que venir toda la semana, tengo una prótesis y me dicen que tengo que hacer la cola igual. Además, las tarjetas tampoco pasan”, expresó una clienta, que prefirió no revelar su identidad.

Carmen González reside en Maracay, estado Aragua. Se levantó a las 3:30 am y tomó un autobús con destino a Caracas con el fin de poder cobrar. Indicó que en su ciudad de origen es más difícil obtener el efectivo que necesita para hacer sus compras cotidianas.

“Los bancos en Maracay son muy complicados, fui dos días y solo me dieron Bs 23.000. Tengo una pensión acumulada, hablé con unos familiares aquí en Caracas para quedarme y ver si me pagan”, comentó González.

Con un pequeño papel en la mano que tiene escrito el numero 58, Mery Campos espera ser atendida. Narra las dificultades que ha enfrentado los últimos meses al acudir a las entidades bancarias.

“Nada más me dieron Bs 10.000 y no hago nada porque ahora todo es de Bs 20.000 en adelante. El mes pasado me dijeron a las 3:00 pm que tenía que esperar que llegara la remesa y no me dieron el dinero. Yo lo que pido es que nos paguen completo y que no nos engañen”, dijo Campos.

Las historias que se escuchan en las colas son dramáticas. Mientras esperan su turno, los pensionados comentan lo difícil que resulta rendir el dinero y su preocupación por no conseguir las medicinas que necesitan.

Anisbelia Camacho viene de Chuspa, estado Vargas. Indicó que no es sencillo conseguir efectivo en la Costa. Por ese motivo, optó por gastar Bs 20.000 para trasladarse a Caracas acompañada de su nieto con el objetivo de que le cancelen la pensión. Las dos anteriores tampoco las ha cobrado porque no puede viajar frecuentemente a la capital.

La pensionada asegura que necesita el dinero para comprar lo que le alcance de comida, debido que no recibe la caja CLAP, suministrada por el gobierno.

«Mi esposo y yo tenemos que trabajar duro. De toda la comunidad, a la única que no le dan bolsa es a mí, porque soy abiertamente opositora», sostuvo.

Además, tiene dos meses sin hallar su medicamento para la tensión. Con lágrimas en los ojos narró a El Nacional Web que se siente agotada, que quiere un cambio.

“Estoy cansada, tengo dos meses sin conseguir la pastilla de la tensión. Esta situación es insostenible. Esto es un abuso, no es justo que vivamos así”, dijo Camacho, al tiempo que se agarraba la cabeza en expresión de desespero.

La mayoría de las personas de la tercera edad, que tienen la necesidad de madrugar para que les paguen la pensión, coinciden en que quieren mejoras en su calidad de vida y que luego de tantos años de trabajo sus derechos sean reivindicados.

Ahora suman una nueva preocupación. Los abuelos se anticipan y temen por el pago de su aguinaldo decembrino. Se preguntan cuántos días tardarán en cobrar el monto total del beneficio. Uno de los abuelos agregó: «Si he tenido que venir todas las semanas para que me paguen la pensión, cuánto tiempo voy a tardar para cobrar el aguinaldo».


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