Carlos Julio Rojas, periodista y activista social, se pronunció este viernes a propósito de su salida de la cárcel de Ramo Verde, en donde se encontraba recluido desde el pasado mes de julio.

“De los 49 días estuve más de la mitad en una celda de aislamiento donde no tenía vista al sol. Durante días no me dejaron ir al baño y durante 24 horas no me dieron agua”, expresó en rueda de prensa.

Denunció que en su estadía en la prisión no fue agredido físicamente, pero sí torturado de manera psicológica. «En Ramo Verde le decían a los detenidos que si hablaban conmigo irían a una celda de castigo», afirmó.

Sobre las condiciones de la celda, reveló que dormía en un cuarto con 115 personas, “tres por colchón”. Agregó que perdió más de 15 Kg de peso porque le daban solo 60 gr de comida.

A Rojas se le aplicaron cuatro medidas cautelares: tiene prohibida la salida del país, hablar a los medios sobre su caso y asistir a reuniones “político conspirativas”. A pesar de no haber sido acusado por la fiscalía ante el tribunal militar, debe presentarse cada 30 días.

“Después de pasar casi 50 días en una cárcel y la mitad en una celda de aislamiento, me siento orgulloso de ser periodista”, expresó.

«Caso político»

Rigoberto Quintero, abogado de Rojas, explicó que a su defendido se le estaban imputando delitos para 30 años sin presentar ninguna prueba.

«Los jueces militares no tienen independencia, la orden venía directamente del Ejecutivo. Este es un caso político», indicó el abogado.

El jurista denunció que a Rojas no se le permitía asistirlo, ni verlo en la jurisdicción militar. Afirmó que la fiscalía no pudo investigar sobre el caso porque no había pruebas en su contra.

«Lo que pasa es que en las dictaduras es delito ser periodista, tener talento. En Venezuela no existe Estado de Derecho», reiteró.

 


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