La mañana de ayer fue diferente para al menos 150 personas. Durante 4 horas contemplaron colores, tocaron texturas, aspiraron fragancias, escucharon sonidos, descubrieron historias, rescataron memorias. Todos conocieron una ciudad distinta, dentro de la misma que a diario los agobia y degrada. Es la capital que desea mostrar #CCSen365, un proyecto cultural impulsado por Luis Bergolla y Mitchele Vidal, quienes pretenden reconciliar al caraqueño con el paisaje urbano a través de la contemplación, la interpretación y el registro fotográfico del patrimonio que posee Caracas en la mayoría de sus espacios públicos. Cámara y celular en mano, el conjunto se concentró ayer en la Ciudad Universitaria de Caracas. Luego se dividieron en tres grandes grupos y así mientras unos recorrían la Plaza Cubierta del Rectorado, el Aula Magna y la Sala de Conciertos, otros escuchaban los anhelos del arquitecto Carlos Raúl Villanueva al diseñar el Hospital Universitario de Caracas; y un tercero exploraba los murales y las obras de arte de Gego, Calder y Soto guarnecidas en la Facultad de Arquitectura. El recorrido es absolutamente gratuito. Solo hay que acudir con ojos de extranjero y dejarse sorprender. Primero exploraron el lugar: se maravillaban con las Nubes de Alexander Calder, examinaban los murales de Pascual Navarro y Mateo Manaure, palpaban el panel de bloques calados del edificio de la Biblioteca Central, se admiraban frente a los triángulos y cilindros del Positivo-Negativo de Víctor Vasarely, aspiraban el olor de madera de la Sala de Conciertos, enceguecían con el rojo, el azul y el verde contenido en el vitral de Fernand Leger de la Biblioteca Central para luego subir y bajar como niños en la escalera de caracol de este mismo edificio. Después de todo el redescubrimiento del espacio a través de los sentidos, venía la charla del especialista que explicaba la historia e importancia del lugar. La misma dinámica se repitió frente al Hospital Universitario de Caracas, en el Instituto Anatómico, donde se adentraron en el auditorio y en la terraza del edificio; y en la Escuela de Arquitectura. Allí Nelly del Castillo Loreto, Aglais Palau y Azier Calvo, entre otros, se volcaron ante los presentes para enamorarlos de su entorno. ?Esto no es suicida ni Taif ?explicó Luis Bergolla?, es algo muy serio. Se trata de reconquistar nuestro derecho ciudadano de transitar la ciudad. Ahora más que nunca tenemos que dejar el miedo a un lado y apropiarnos de nuestro territorio?.


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