Desde muy tempranas horas de la mañana de ayer, la gente empezó a enfilar hacia los puntos de concentración definidos en la capital para llevar adelante un llamado de la dirigencia opositora que se difundió bajo el eslogan: “Venezuela se planta contra la dictadura”. No obstante, desde la noche anterior se colaba en las redes el desconcierto de habitantes de muchas zonas de la Gran Caracas que desconocían dónde debían reunirse.

La desinformación pareció tener como resultado el cierre de vías, la toma de avenidas y el levantamiento de barricadas que no estaban establecidos en el modelo de plantón que se expuso en los días previos a esta convocatoria. Así por ejemplo, el trancón de la Panamericana  y los incidentes ocurridos alrededor de las 7:00 am en La California, en el este de la ciudad, fueron el resultado de decisiones espontáneas por parte de grupos que desconocían el sentido de la modalidad de protesta instaurada. Quizá situaciones de esta índole llevaron a la docente Colette Capriles a escribir el tuit: “El ciudadano narcisista que tranca… sin coordinar nada: no está protestando políticamente, está exhibiéndose”.

En el curso de la mañana supermercados, tiendas y otros negocios no abrieron sus puertas. Solo en algunos centros comerciales se observó una ligera actividad laboral y bancaria; en el sector institucional, si el plantón no los retuvo, los trabajadores asistieron a sus puestos. Para sorpresa de transeúntes y de la gente que optó por “plantarse”, el Metro estuvo prestando servicio ininterrumpidamente aunque contó con poca afluencia de pasajeros. En cambio, en “resguardo” de sus unidades, la empresa mantuvo suspendido el servicio de Metrobús en 11 rutas que coincidieron con muchos de los puntos de concentración definidos para el plantón: La California-Macaracuay (001), La California-El Llanito (002),  La California-El Marqués-La Urbina (003), Los Dos Caminos-Sebucán (111), Altamira-El Cafetal (201),  Altamira-La Trinidad (203),  Chacaíto-Las Mercedes (221), Plaza Venezuela-Bello Monte (315), Bello Monte-Las Mercedes (681), Coche-Los Teques (821) y Coche-San Antonio (822). El transporte público funcionó a medias, aventurándose muchas veces por “caminos verdes”.

Cerca de las 10:00 am, en el sector El Valle, 11 camionetas del Cicpc se apostaron en la avenida Intercomunal en clara demostración de fuerza. En los alrededores de Miraflores, la avenida Sucre se mantuvo desierta y rodeando La Casona se divisó una extendida fila de altas barricadas con militares alertas. El contraste fue obvio en Altamira, donde en un gesto simbólico, los manifestantes echaron a volar, bajo un cielo azulísimo, un rosario gigante cuyas cuentas fueron elaboradas con globos amarillos, azules y rojos que se unían en un crucifijo de esferas blancas.

Jugándose la esperanza

La dirigencia opositora convocó ayer a practicar una modalidad de protesta que tiene larga data en América Latina: el “plantón”. La peculiaridad de esta manifestación, en su versión criolla, consistió en concentrarse de manera pacífica en las principales avenidas y autopistas, durante un tiempo indeterminado, en un acto de resistencia a la actuación del Tribunal Supremo de Justicia por la que se adjudicó las competencias de la Asamblea Nacional. En este plantón no había espacio para trancas, marchas o guarimbas. Hubo, sí, la oportunidad de reunirse para pensar, conversar, leer y hasta algunos jóvenes tiraron sus cartas por una Venezuela mejor. 


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