En los alrededores del Mercado Municipal de Catia, en Pérez Bonalde, los bachaqueros siguen vendiendo productos de la cesta básica pero de manera clandestina.

El pasado 20 de junio funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana y de la Policía Nacional Bolivariana desalojaron a los vendedores informales de la zona, que la tenían tomada desde la plaza hasta la calle que está paralela al mercado.

Sin ningún pudor los vendedores mostraban los rubros colocados encima de bolsas plásticas y los ofrecían a viva voz, a pesar de que cerca solía haber patrullaje de PoliCaracas.

En la actualidad ofrecen los productos directamente a los transeúntes y los esconden en morrales. “¿Qué buscas, pana? Tengo harina, arroz, pasta”, dicen algunos.

Otros se pasan los rubros rápidamente para evitar ser vistos por los guardias nacionales, que se han ubicado justo enfrente de un portón desde el que los bachaqueros sacaban por bultos los artículos alimenticios y de higiene personal.

Desde hace cuatro años los bachaqueros se multiplicaron en la zona. Al principio solo vendían en la avenida Washington, pero con el tiempo se movilizaron hacia la plaza Pérez Bonalde.

Los comerciantes informales ofrecen productos que no se consiguen en los establecimientos regulares y que son de los más demandados por los venezolanos. Incluso muestran comida que viene en las cajas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, como la harina mexicana Maseca, la leche McLeche o la salsa de tomate Catsup.

También venden rubros como la harina de maíz en 700.000 bolívares; arroz de kilo en 1 millón y pasta de kilo por 900.000. El paquete de pañales lo ofrecen en 1,5 millones y la pasta de dientes en 1 millón.


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