Los fines de semana son los días más utilizados por los venezolanos para frecuentar los mercados populares. Una mañana soleada, puestos a lo largo de la avenida Panteón (Distrito Capital), las personas caminan por los diferentes toldos preguntando los precios de la comida.

Los altos precios de los productos y el poco poder adquisitivo ha causado que los venezolanos adquieran cada vez menos lo que necesitan para sus hogares. Los mercados populares se encuentran con poca afluencia de clientes; sin embargo, una mañana de un sábado la avenida Panteón se llenó de personas llenas de dudas, angustia y también de esperanza.

«¡Llegó Guanipa!», gritó una señora que se encontraba en el primer toldo. Tomás Guanipa, diputado a la Asamblea Nacional (AN) y secretario General de Primero Justicia, visitó a los vecinos del sector para escuchar sus quejas y compartir con ellos un poco de esperanza ante la situación que atraviesa el país.

El parlamentario empezó su mañana con un recorrido por uno de los sectores del municipio Libertador, el cual está caracterizado por apoyar al gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, la visita de Guanipa evidenció el descontento que tienen los venezolanos.

Guanipa caminó a lo largo del mercado de la avenida Panteón, en cada parada escuchó las quejas de los ciudadanos, preguntó por los precios de la comida y les dio ese empujón necesario para subir los ánimos. Las personas se le acercaron para pedirle ayuda con medicamentos que no consiguen o no pueden costear.

«Ustedes sólo vienen para buscar votos», expresó una señora mientras se acercaba. El dirigente de la tolda amarilla le respondió con una sonrisa en el rostro «no estoy buscando votos porque nosotros no iremos a elecciones».

La emoción de las personas con la visita de un diputado se mostraba en sus expresiones y rostros. Algunos gritaban «fuera Maduro» y otros le contaban que el dinero no les alcanza para comprar la comida. «Esto tiene que acabar, no puede ser que el ajo este en 30. Solo pude comprar tres cositas hoy».

Los precios de la comida varían por el método de pago que elijan los clientes: si es en efectivo el costo es inferior, mientras que por punto le agregan un porcentaje mucho más alto. Sin embargo, todos prefieren pagar por punto debido a que el poco efectivo que tienen los ciudadanos es para pagar el pasaje para ir a sus casas.

«¿Qué creo yo que debe existir en el país? Pues presión social, una presión que sea mucho más articulada de lo que ya hay con las protestas (…) la diferencia de las protestas del año pasado es que estas son inconexas, es decir que tiene que ver con distintas realidades que viven comunidades en diferentes partes del país. La vida del venezolano se ha convertido en un drama», dijo el diputado a la AN a El Nacional Web.

Los venezolanos actualmente viven en un país de zozobra. La  mayor preocupación de las personas es conseguir comida para sus familias. La falta de alimentos se evidencia en la contextura de sus cuerpos.  La decepción política los sumerge en dudas sobre si habrá solución para la crisis humanitaria y económica del país.

Los ciudadanos prefieren comprar los productos de la cesta básica en los mercados populares debido a que los precios son un poco más accesibles que en las redes de supermercados. Sin embargo, en ocasiones regresan con las manos medio vacías por no conseguir todo lo necesario.

Antímano, una escalada hacia el cielo

Antímano es una de esas zonas que se encuentra ajena a la realidad de muchos caraqueños. Sin embargo, quienes habitan ahí luchan cada día con los problemas del transporte y las fallas en los servicios del agua  y gas doméstico.

Calles estrechas, los carros pasan a los lados casi rozándose, las cornetas de las motos resuenan a la espalda de las personas. Un camino inclinado, tan alto como el Salto Ángel, se recorre para llegar al sector San José. Por las calles principales y las pequeñas veredas se observan los tobos y botellas que utilizan los habitantes para recoger agua, algunos llenos de agua empozada o sucia.

El sector San José vive sus días como en el desierto, la sed es desalentadora y la angustia de quienes habitan ahí aumenta cada día, debido a la poca respuesta de los entes gubernamentales a los problemas de la comunidad.

«¡Queremos agua!», «Hidrocriminal», gritaban las personas mientras llevaban los envases a sus hogares. Las casas se encuentran una al lado de la otra, en su mayoría parecen de dos plantas pero la inclinación del camino causa el efecto.

 »Aquí no podemos esperar por políticos, me duele lo que está pasando en el país porque a los 37 años que tengo viviendo en Venezuela nunca había vivido está situación. Yo en mi cuarta república, como ellos (el gobierno) le dicen, yo comía mis tres comidas al día bien chévere», contó Yenitza Mudarre en el recorrido de casa por casa en la comunidad.

Los habitantes de San José rechazan las situaciones tan precarias en las que viven actualmente y las malas políticas implementadas por el gobierno de Maduro. Sin embargo, hay personas que a pesar de estar inmersas en las problemáticas actuales siguen apoyando al sistema actual.

«Yo soy muy realista y sé lo que está pasando en mi país, la gente tiene que quitarse la venda de los ojos y aceptar lo que está pasando aquí, sea chavista o no. Hasta los chavistas están pasando trabajo, aquí los que viven bien en las urbanizaciones también están pasando trabajo. El pueblo no merece esto», expresó Mudarre.

Agregó que el transporte en la zona cada vez es más difícil, las personas que viven en la parte más alta de la barriada tienen que subir caminando. En el sector funcionan al menos cinco carros que transportan a las personas y no alcanzan para cubrir la demanda del servicio de transporte. “Aparte te cobran hasta 35.000 bolívares para poder subir”.

Las quejas de los venezolanos se escuchan en todos los rincones del país: el dinero no alcanza para comprar la comida, no se consiguen los medicamentos, los servicios del agua y la luz cada vez son menos frecuentes, sumando la proliferación de enfermedades que se encontraban erradicadas en el país.

«La gente quiere un cambio inmediato, la gente no aguanta. La hoja de ruta tiene que ver con la presión social, la cual tiene que ser organizada y articulada; el acompañamiento internacional tiene que profundizarse y unidad de propósitos (…) tenemos que interpretar la exigencia del pueblo», explicó Guanipa.

El diputado señaló que los recorridos que realiza en Caracas y en diferentes regiones del país son para dar un ejemplo de militancia diferente a lo acostumbrado, ser quien recorre los barrios y habla con la gente para entender lo que viven.

«Cuando me vine a Caracas yo me dedique a mostrar que un dirigente nacional es aquel que recorre el país entero y está permanentemente con la gente», contó a El Nacional Web.

Agregó que cuando Primero Justicia le dio la oportunidad de lanzar su candidatura en el circuito del municipio Libertador se trazó como camino ser un foco de ayuda para las personas que hacen vida en el municipio y en formar activistas en los diferentes sectores de sus circuitos. «Me dedique a ser un diputado que se preocupa por el municipio Libertador».

Mientras se camina por San José escuchas los gritos de los niños, las personas caminando desde las faldas de la inmensa subida. Una señora lleva en sus manos dos botellas de refrescos llenos de agua y encima de  su cabeza llevaba un tobo azul lleno de agua para poder solucionar, temporalmente, la problemática en su casa.

Antímano es uno de esos sectores que se encuentran en el ojo del huracán de la falta de servicios pero también bajo el olvido de las soluciones de los entes del Estado venezolano. El municipio Libertador muestra que no es la municipalidad de la suprema felicidad, como lo llaman algunos dirigentes afectos al gobierno. 

Santa Rosalía, sector lleno de clamor popular

El 17 y 18 de este mes, los habitantes del sector Santa Eduvigis, parroquia Santa Rosalía, protestaron en las calles para exigir al gobierno nacional la restitución del servicio del agua y la mejora del servicio del gas en la zona. Sin embargo, no consiguieron respuestas de los entes gubernamentales la solución a corto plazo fueron unos camiones cisternas que no alcanzan para toda la comunidad.

«Ahorita nos tenemos que trasladar hasta San Casimiro (estado Aragua) para poder lavar la ropa. Tenemos bastante tiempo sin agua en el sector, nosotros antes siempre teníamos agua y de la noche a la mañana empezó a faltar el agua», contó un señor mientras subió a su carro bolsos llenos de ropa, tan llenos como si fuese a iniciar un viaje a otro estado del territorio.

Los vecinos del Santa Eduvigis se reunieron en una cancha del sector para exponer las acciones de los próximos días. Contaron que cuando realizaron las protestas entre semana, el gobierno envió una solución que les duró unos pocos días.

Una ciudadana señaló que antes se cumplía una agenda para el suministro del agua, al cual estaban acostumbrados, pero les quitaron el agua totalmente. La respuesta de los entes del gobierno fue que en El Paraíso había una tubería que se había averiado.

«Nosotros vamos a seguir saliendo para exigir solución a la problemática. Los vecinos están de acuerdo en eso, aquí salimos más de 100 personas a protestar», expresó.

Denunció que por el estado del agua de ese lugar muchos niños han presentado erupciones y picazón en la piel. Los problemas del agua se suman a las bajas condiciones sanitarias del sector, el transporte público, cortes de luz sin aviso por parte de la Corporación Eléctrica Nacional (Corporelec), así como muchos otros servicios.

El municipio Libertador es uno de los tantos en los que reina el desabastecimiento y los problemas sociales de todas las comunidades del país.

Salir del municipio Libertador lleva al menos cinco minutos por la autopista. Sin embargo, los problemas siguen presentes a pesar de dejarlos detrás de la vista del retrovisor. Los caraqueños de los sectores populares han demostrado que la organización social ha sido fundamental para continuar con las protestas con el objetivo de exigir en las calles la mejora de los servicios públicos y por ende, la calidad de vida de los ciudadanos.

Sin mirar distinción política, la crisis humanitaria que atraviesa el país toca cada puerta de los hogares venezolanos. El clamor del pueblo sigue aumentando cada día, los ciudadanos se encuentra en un alzada constante por el descontento y la nostalgia de lo que fue el país antes.


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