Las medidas precautelares ambientales dictadas para proteger el parque nacional Waraira Repano el pasado 17 de enero llegaron fuera de tiempo. La orden publicada en el oficio N° 0068-18, que prohíbe la pernocta en el parque hasta junio y, entre otras cosas, ordenó a varias empresas operadoras de telecomunicaciones a limpiar una franja de 15 metros alrededor del perímetro de las casetas instaladas para el control de transmisiones en el espacio radioeléctrico, no atenuará el altísimo riesgo de un incendio en la montaña, alertó Edgard Yerena, profesor del Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad Simón Bolívar y experto en Gestión de Áreas Protegidas.

“El parque es altamente vulnerable a padecer un incendio destructor, porque no se han cumplido ningunas de las tres fases de defensa. El cortafuego, que debió estar listo a mediados de diciembre, no existe; el sistema de hidrantes ha sido progresivamente desmantelado en los últimos años y las brigadas forestales no tienen capacidad de respuesta para apagar el fuego por la falta de implementos. La situación es crítica”, denunció.

Yerena calificó de positivo el fallo que obliga a una labor que se hacía por intermediación de Inparques. No obstante, el experto consideró que la efectividad es limitada por la falta de tiempo que hay para su ejecución. “Para que esta decisión sea realmente efectiva y logre un resultado en cuanto a la protección del parque, los trabajos de limpieza y mantenimiento del cortafuegos deben comenzar ya, porque en este momento está lleno de maleza, y así el potencial de riesgo se mantiene”, señaló.

Para Yerena la disposición es un exabrupto judicial en el sentido de que “el propio Inparques tiene toda la potestad para garantizar la protección del área, porque además es el organismo que se supone que tiene toda la capacidad para el manejo del parque nacional. Esto evidenciaría que Inparques no tiene los recursos para impedir y controlar incendios”.

El período de sequía, época en la que se origina la mayor cantidad de incendios, empezó a mediados de diciembre y finalizará en marzo, por lo que las labores de limpieza y mantenimiento de los cortafuegos tienen más de dos meses de retraso.


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